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Un león en la basura

Aunque a ellos les llamamos bestias, en realidad, sólo los humanos hacemos bestialidades

Un león en la basura

Allá por los años noventa, en La Murada, muy cerquita de Orihuela, se le ocurrió a un famoso empresario encargado de la recogida de residuos en la zona, de cuyo nombre no quiero acordarme, crear, nada más y nada menos, que un zoo en medio de un vertedero de basura.

Reconozco que, siendo raro el asunto, tampoco debiera resultarnos tan extraño. Si recuerdan un poco, durante los años del pelotazo en España, todo aquel nuevo rico que se preciara de serlo, incluía entre sus posesiones un completo zoo de animales salvajes. Por ejemplo, el empresario Roca, aún hoy en la cárcel, lo hizo en Marbella y hasta elefantes y jirafas tenía.

En el caso del empresario oriolano, si me apuran, el tema tuvo más bemoles porque no instaló a los animales en mansión alguna, sino que, para más inri, lo hizo en medio de lo que, por aquel entonces, era su propio cortijo, el vertedero de basura. Supongo que, para éste, no eran suficientes todos los expedientes y denuncias que, ya por aquel entonces arrastraba por su «peculiar» forma de tratar la basura que, encima, necesitaba también ser un referente, precisamente, en lo que no debía ser nunca un centro que con animales salvajes.

Y así, entre montañas de desechos, se instalaron unas jaulas por aquí, otras por allí, hasta que el proyecto fue cogiendo forma o, mejor dicho, deformidades suficientes como para ser catalogado como el peor zoo de España.

Pero para entender un poco mejor toda esta locura y de donde pudo venirle tan peregrina idea, quizás sea necesario explicar algunas cosas. Verán, allá por los años ochenta se inició un movimiento animalista en todo el mundo que reclamaba para los zoos un sentido que fuera más allá de la mera exposición de animales, un movimiento que, afortunadamente, aún hoy persiste aunque mucho más evolucionado. Los primeros pasos al respecto se dieron en Estados Unidos. Allí una serie de parques pensaron, inicialmente, que un buen argumento para justificar la presencia de animales en sus instalaciones podía ser algún tema de base medio ambiental pero, claro, la cuestión fundamental seguía siendo cuál.

La primera idea, al respecto, vino por parte de una conocida marca de cerveza con sede en Tampa, Florida. La factoría producía grandes cantidades de desecho en la fabricación de dicha bebida, pero no sabían cómo aprovechar los mismos. Entonces se le ocurrió a alguien que los mismos podrían ser un buen alimento para animales herbívoros y así surgió un parque zoológico rodeando las instalaciones de la fábrica. Evidentemente, no tardaron mucho tiempo en descubrir que, con éstos, no cubrían ni una mínima parte de las necesidades alimenticias de todos los animales del centro.

Ni que decir tiene que, por lo absurdo de su planteamiento y su inconsistencia, se buscaron nuevas ideas y, ésta en concreto del reciclaje, fue abandonada en todo el mundo? En todo el mundo, claro está, menos en Orihuela y, más concretamente, en su vertedero donde, muchos años más tarde, se desarrollaría un subproducto de la misma. Y, así, sin importarles en absoluto los animales y, por supuesto, buscando además la ostentación que les proporcionaría tener a animales salvajes, se les ocurrió la infeliz idea de, basándose en lo anterior, crear un zoo en medio de la basura.

Pronto comenzaron a llegar animales de todo el mundo? Osos, leones, tigres, bisontes, gacelas, monos, babuinos y cientos de animales más que, poco a poco, sustituyeron las montañas naturales de su hábitat natural, por montañas de desechos. Animales que, por cierto, posteriormente, fueron consumiéndose intoxicados por el olor de la descomposición y los gases que generaban las toneladas de desechos que ingresaban diariamente en el centro.

Finalmente, el centro fue clausurado por las autoridades y todos los animales que él había fueron reubicados en otros parques.

A nuestro Arca, como siempre -en realidad nos sentimos orgullosos de ello porque esa es nuestra función-, llegó lo que nadie quería, unos tigres tan delgados que se les notaban todos sus huesos y unos monos totalmente desorientados y aterrorizados. Nos costó mucho trabajo recuperarlos. A los monos por su miedo y nerviosismo, y a los tigres por el estado terminal en el que se encontraban.

Recuerdo perfectamente que, en el caso de éstos últimos, todos pensaban que estaban enfermos. Pero, no era así. Dieron negativo a todas las pruebas veterinarias que les hicimos. Los animales no tenían nada salvo su incapacidad para comer allá donde vivían. Probablemente, el olor putrefacto y los gases les robaron el apetito.

Afortunadamente, la tranquilidad y la paz que se respira en el arca hicieron su efecto y, semana a semana, fueron recuperándose. Hoy su dieta no baja de veinte kilos de carne diaria para cada uno. Quizás, por eso, nadie que los vea actualmente podrá jamás llegar a imaginarse la extrema delgadez que presentaban cuando llegaron.

Actualmente, con la ley en la mano, sería imposible abrir un centro como aquel de Orihuela. Por ejemplo, el zoo americano de la cerveza del que les hablaba antes ya no pertenece a fábrica alguna, hoy forma parte de una fundación en la que se aplica la nueva normativa mundial para todos los parques del mundo, incluidos, por supuesto, los españoles, en los que son pilares básicos la educación y la conservación, es decir, la existencia de programas de concienciación para los visitantes en materia de protección de animales y el desarrollo de programas dirigidos a la conservación de animales en peligro de extinción.

Sin embargo, mientras todo va cambiando, siguen existiendo animales salvajes viviendo en los sitios más inverosímiles, desde pequeños pisos hasta mansiones de lujo y, normalmente, siempre en pésimas condiciones.

La ley, desgraciadamente, aún los ampara como colecciones privadas de animales pero, desde hace tiempo, afortunadamente, la ética y el más mínimo respeto hacia ellos, no. Ojalá, pronto, todos puedan ser rescatados del infierno en el que aún viven.

Nota: En el Arca de Noé rescatamos aquellos animales salvajes que necesitan ayuda. Más información en: www.fundacionraulmerida.es o www.animalesarcadenoe.com

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