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Alfredo Escardino. Abogado y profesor universitario

«Los padres son la contribución más importante del erasmus, pagan la mitad»

Acaba de publicar su primera novela: «Una erasmus en Bruselas», que el viernes día 19 presenta en la sede Ciudad de la Universidad de Alicante

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¿Cree que su experiencia formativa en el extranjero es extrapolable después de tantos años?

Ya hace 25 años de aquello y creo que hemos ido hacia adelante. Los que decidíamos salir entonces éramos la excepción. Tras licenciarme en Derecho en Valencia quise completar mi formación fuera, pero la mayoría se quedaban en casa, a ejercer en despachos familiares. Ahora salir es la norma. Resulta prácticamente imposible concebir una formación universitaria en cualquier especialidad si no se plantea parte de la formación en el extranjero. Pero si algo eché de menos entonces son las nuevas tecnologías que ahora permiten conectar con la familia. Por lo demás resulta extrapolable mi experiencia de entonces, como comprobé en una charla con unas alumnas recién llegadas de su experiencia erasmus y que me dieron pie a escribir la novela.

¿Qué aporta salir de erasmus?

Hay que incorporarlo al currículum e implica un gran avance que permite a los estudiantes que se abran; les hace más curiosos y tolerantes; y mejoran el idioma, porque cuando realmente lo mejoras es en el país donde lo hablan. A mí me pasó en la Universidad Libre de Bruselas con mis conocimientos de francés, que eran muy básicos cuando llegué. Una novia nativa, como fue mi caso, te ayuda enormemente y adquirí el conocimiento para examinarme y desenvolverme en el día a día.

¿Qué opina entonces de que se recorten las becas para salir?

Que se reduzca la contribución española en el programa dificulta que todos los alumnos puedan salir, pero en realidad la beca sólo cubre una mínima parte de los gastos, una parte de la estancia. A la ayuda de la UE y el Gobierno español hay que sumar la de los padres, que son la contribución más importante porque pagan la mitad de la estancia, otro 40% la UE y el Gobierno la minoritaria, el restante 10%.

¿Lo de la beca entonces es un mito?

La ventaja que aportan esas becas no es tanto la contribución económica, sino que permite la justificación académica de convencer a los padres de que inviertan en esa experiencia en el extranjero. Que los créditos se convaliden es lo que convence a los padres, porque les garantiza que sus hijos, a parte de formarse como personas y crecer como individuos, siguen sus estudios gracias a la convalidación.

Dígame las principales ventajas del erasmus.

A nivel personal, salir fuera a estudiar enriquece. Los chavales se enfrentan a dificultades en un entorno desconocido y les hace espabilarse y buscarse la vida sin el apoyo de su entorno habitual. Aprenden a desenvolverse en un medio no hostil, pero sí desconocido, y a adaptarse a costumbres diferentes. Se hacen más flexibles y desarrollan la curiosidad. Al volver, con respecto a sus amigos son un par de años mayores en cuanto a experiencias adquiridas y crecimiento personal tras estar fuera unos meses. A la vuelta son otros, nadie es el mismo.

¿Y las juergas que se corren? No me diga que es otro tópico.

En parte es verdad, son una parte de la aventura pero es lo que más transmiten porque cuando vuelven lo malo no lo cuentan. Saldrían igual aquí, pero allí están solos y las compañías sustituyen a sus familias, haciendo amigos para toda la vida. Al estar solo sales más para socializar, y a esa edad es normal apuntarse a lo que sea, dentro de tu presupuesto. En la novela reflejo la vida de una erasmus a partir de una trama de ficción con misterio e intriga, y no es sólo juergas, diversión y fiestas. Los momentos más duros son con el idioma, examinarse en otra lengua, en una universidad que desconocen y un medio no familiarizado. Son costumbres nuevas, hay que buscarse la vida sin apoyo de la familia, y los momentos de soledad los suplen con amigos hasta que te planteas quedarte más tiempo.

¿Qué es lo primero que se echa de menos?

Nada como el guiso de tu madre. Nada más llegar piensas que te vuelves, pero al cabo de unos meses quieres prorrogar los estudios, hacer un postgrado, y pasas del guiso de tu madre a pensar en lo que puedes hacer para quedarte mas tiempo.

¿Y los peores momentos?

Están relacionados con lo que genera estrés. Si enfermas en casa tienes a tu familia y al médico de cabecera pero fuera estás sólo. Interconectado por internet pero solo. Los exámenes generan más estrés e incertidumbre que en tu país porque desarrollas expectativas que no se cumplen, en un entorno desconocido unido a habitos alimenticios distintos y a otros horarios. Pero, pese a todo, en conjunto la experiencia es muy recomendable.

Hablemos de su novela, ¿por qué una erasmus, en femenino?

Es una novela muy universitaria, que despierta el interés y potencia la movilidad a través de una estudiante erasmus española que vive en Bruselas una experiencia muy peculiar, porque se vincula con una intriga que se remonta al siglo XVII. Es en femenino porque la chispa, la idea de la novela, me la dieron unas alumnas que a su regreso me contaban cosas parecidas a lo que viví yo muchos años antes.

¿Se puede considerar como una guía para erasmus?

Puede considerarse una guía, entrecomillas, para erasmus y de la ciudad de Bruselas. Es casi un itinerario en el que compiten de cerca la protagonista y la ciudad, porque el 90% de los lugares son reales, pero no falta la trama histórica y a muchos padres les puede ayudar también a conocer la experiencia erasmus.

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