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Arquitectura Mediterránea en Alicante

La arquitectura en Alicante durante los pasados años cincuenta y sesenta del pasado siglo se inspiró en soluciones tradicionales.

Cofradía de pescadores en Altea, Revista Nacional de Arquitectura.

Las edificaciones populares en las comarcas alicantinas de la Marina ofrecen soluciones con las fachadas planas muy opacas y las terminaciones blancas, adaptadas al medio natural y propicio a las condiciones climáticas. Así se construyó durante décadas. Sus estructuras trascendieron en los años cincuenta del pasado siglo a otras construcciones destinados a usos diversos.

De tal manera, la Revista Nacional de Arquitectura durante el año 1951 publicó el proyecto de Centro Cívico para la Cofradía de Pesadores en Altea de los arquitectos José Luis Picardo y Carlos de Miguel, entonces director de dicha revista y, a su vez, organizador de las Sesiones Críticas de Arquitectura. La portada del artículo ofrece la fotografía sin color del casco urbano de Altea, cuyas fachadas blancas resaltan sobre el fondo oscuro de la sierra de Bernia.

El edificio, próximo a la playa, tiene patio de superficie amplia. Se articula mediante la planta en forma de U, de contornos sinuosos donde tramos rectos alternan con otros curvos. Las fachadas evidencian las dos plantas, en los bajos los pórticos como los riu rau autóctonos, suministran sombra y frescor a las estancias interiores.

Hacia 1950 se construyó el Parador de Ifach, según proyecto de Miguel López González. Está resuelto mediante varios volúmenes cúbicos adosados entre sí y alcanzando alturas diferentes. Los acabados sin motivos decorativos manifiestan las superficies blancas, evidenciando el acceso a través de un porche de arcos circulares. Solución que constituye el avance a las soluciones en las fachadas porticadas del hotel Montíboli en la costa rocosa de Villajoyosa, cuya primera fase se llegó a construir entre 1966-68.

Entre 1962-65 las actuaciones culminan en la construcción del Parador de Turismo en la playa del Arenal de Jávea, obra del arquitecto José Osuna Fajardo, quién planteó el volumen de planta curva de gran radio, con dominio de la longitud respecto a la altura. El conjunto se abre a la orientación más favorable y vistas hacia el litoral.

Tipología extendida en todos los litorales, en especial el Mediterráneo, son las construcciones en palafito que se adentran en el mar. Están destinadas a distintos usos, entre otros embarcaderos, restaurantes, balnearios, o bien, clubs náuticos. En alicantina playa del Postiguet desde finales del siglo XIX llegó a contar diez o doce de estas instalaciones, que derruidos derruidas durante la guerra civil. Tan solo dos fueron reconstruyeron utilizando madera, sus volúmenes estilísticamente estaban relacionados con la arquitectura moderna, para la ocasión con evidentes referencias formales a los navíos.

El éxito de la arquitectura de palafitos sobre soportes verticales de madera hincados en la arena encontró su continuidad en diversos proyectos en el litoral de Alicante, aunque no se llegaron a construir. Al norte en el llamado Polígono Uno de la playa de San Juan, tanto en las soluciones de Guardiola Gaya, como en la de Miguel López. Así como de este último en su propuesta de barrio residencial vinculado a la fábrica de Aluminio, junto al Palmeral en la costa sur de la ciudad.

Con posterioridad de varios años se construyó el club náutico de Altea, obra de Rafael Bellod Soler y Juan Castillo Carpio fechada en los años 1984-85. Los pórticos cúbicos de hormigón, integran el interior y el exterior, manifiestan la influencia de Peter Eisenman y, en general los Five Architects, el acabado blanco de estas obras permite la conexión con las construcciones tradicionales en nuestro litoral mediterráneo.

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