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Alfonso Almendros: «Mi obra es más consistente tras regresar a España»

Practica arte contemporáneo de sugerentes narrativas desde lo audiovisual

Alfonso Almendros: «Mi obra es más consistente tras regresar a España»

Tienes tus raíces en Petrer. Establecido en un primer momento en Bolonia (2004), posteriormente te trasladas a Budapest (2008) aunque durante esos años intermedios resides en València donde estudiaste. En 2010 te trasladas a Helsinki donde estuviste viviendo hasta 2016 y finalmente radicado en Madrid, donde resides actualmente compaginando tu trabajo como docente con tu trabajo artístico ¿Te hubiera gustado seguir establecido en Alicante y desde allí proyectarte o ves que tu trayectoria no habría sido la misma?

Pues la verdad es que creo que desde siempre tuve mucha curiosidad por conocer otros lugares. Más que sencillamente viajar, me interesaba la idea de intentar conocer con mayor profundidad algo diferente. Por lo tanto, podríamos decir que mi exilio fue siempre deseado.

¿Qué te impulsa a salir de Alicante y radicarte finalmente en Madrid?

El azar y el deseo de conocimiento. Creo que, hasta ahora mi vida ha tenido mucho de azaroso.

¿Qué ansiabas?

El estímulo de lo nuevo, conocer, descubrir.

¿Lo encontraste?

Diría que sí, aunque creo que casi siempre lo que uno se encuentra es diferente a lo que uno desea o imaginaba en un principio. De lo que estoy seguro de que sería una persona bastante diferente sin esas experiencias. Muchas no fueron sencillas pero aprendí mucho de esos momentos.

¿Qué diferencias fundamentales, debilidades y fortalezas, estableces entre ambos lugares en cuanto al desarrollo de tu práctica artística y al propio sistema del arte?

Pues es extraño, pero en mi caso puedo decir que, sin duda, mi práctica artística se ha vuelto más consistente de vuelta a España. Sobre todo a la hora de establecer un buen tejido de conexiones y contactos absolutamente imprescindible para intentar desarrollar una carrera artística consistente. Aquí tenemos muchas carencias. Falta de subvenciones, precariedad laboral en el sector, necesidad de desarrollar otras actividades paralelas para encontrar un equilibrio que le permita a uno vivir decentemente y al mismo tener margen para desarrollar su actividad artística? no se puede negar que hay muchas cosas a mejorar. Pero al mismo tiempo hay muchas iniciativas privadas y talento para buscar otros caminos; escuelas, festivales, ferias de libros, colegas desarrollando actividades muy interesantes relacionadas con tu ámbito? y que, quizás, no encontré, por ejemplo cuando vivía en Helsinki. Al menos, en mi caso, he empezado a encontrar la estabilidad laboral en el ámbito de la creación durante los últimos tres años que llevo en España.

¿Crees que puede mejorarse algo?

Muchas cosas. Empezando por la precariedad del sector. En este país es bastante complicado (por no decir que solo posible para unos pocos afortunados) dedicarse exclusivamente a la práctica artística. Una beca o un premio son soluciones temporales pero no son suficientes para dar la estabilidad necesaria para vivir decentemente. Yo no anhelo ser rico, pero sí tener más margen para desarrollar mi trabajo, dándole el tiempo necesario a que madure y sin tener que estar preocupado de cómo voy a pagar el alquiler. Tampoco quiero ser dramático. Al final uno aprende que el trabajo artístico tiene que ser compaginado con otras actividades como la docencia o el trabajo comercial. Yo tengo la fortuna de disfrutar mucho haciendo esas actividades.

Otras cuestiones importantes a trabajar son la educación y la concepción que la sociedad en general tiene del arte, de la figura del artista y de su trabajo.

Eso mismo, ampliado a tu experiencia internacional, ¿qué deberíamos aportar y erradicar en la práctica artística contemporánea?

En ese sentido, creo que por ejemplo, a nivel institucional también hay mucho que hacer. Dar más medios y mayor libertad a los artistas para que puedan desarrollar sus ideas con mayor libertad y control en la toma de decisiones.

Desde la aldea global, y desde tu perspectiva, ¿cómo se aprecia desde fuera este proceso de vuelta o reforzamiento de los nacionalismos?

Desde mi modo de ver, es un problema muy preocupante. Asusta ver ciertos paralelismos que se pueden establecer entre la situación actual de Europa y lo sucedido durante los años 30 del siglo pasado. Un contexto de crisis económica, el fortalecimiento de ciertos deseos e identidades nacionales, el rechazo hacia el otro? Cabría recordar que el fascismo en Italia y el nacionalsocialismo en Alemania llegaron al poder por vía parlamentaria para entender lo fácil que es sobrepasar ciertas líneas.

¿Algún proyecto pendiente a realizar en Alicante?

A finales de mayo, inauguro una exposición de mi último proyecto titulado To name a mountain en la sede del Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert junto a la comisaria Carmen Dalmau. El proyecto utiliza como punto de partida el viaje emprendido por el paisajista estadounidense Albert Bierstadt por las Montañas Rocosas para narrar una historia de carácter personal.

Un proyecto que cueste arrancar.

Quizás el material que tengo entre manos. Solamente he trazado unos esbozos pero a nivel temático y el contenido gráfico que estoy investigando me fascina. Eso es un buen comienzo. Quizás el problema es que implica trabajar con técnicas con las que no he trabajado en profundidad con anterioridad como el sonido, el video y la instalación. Quizás lo más complicado en este momento sea encontrar el margen de tiempo necesario para dedicarle las horas que está pidiendo el trabajo.

Un deseo.

Ser más feliz y hacer feliz a los que me rodean.

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