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Polanski, memorias asistidas

El reciente estreno del controvertido filme de Tarantino Erase una vez en Hollywood, entre la polvareda en torno a su calidad, ha despertado el interés por el final de la década de 1960, cuando periclitaba la llamada era de Acuario, y el cine cambiaba su rumbo alentado por la generación de los Moteros Tranquilos (Coppola, Scorsese, Penn, Altman, y otros) reflejando las inquietudes de una sociedad que estaba cambiando a toda velocidad.. El asesinato de Sharon Tate y cuatro de sus amigos, a manos de la banda de Charles Manson, en Los Ángeles, en 1969, alcanzó el carácter del «final de una época», que Tarantino ha intentado reflejar con las licencias y juegos malabares entre la ficción y la realidad que le son propios. Un asunto que ha terminado, también por incrementar el interés que siempre despertó la figura del realizador Roman Polanski, esposo de la actriz asesinada y recientemente galardonado en el Festival de Venecia por su película J´accuse.

En estas circunstancias no es de extrañar que el cronista haya desempolvado un libro de 2017, para tratar de evocar con mayor precisión estos sucesos: las Memorias de Polanski publicadas por la editorial Malpaso. Una suerte de autobiografía que abarca desde 1933, fecha de su nacimiento casual, en París, para adquirir inmediatamente, la nacionalidad polaca, hasta 1981, en que decidió echar el cierre a sus recuerdos a los que añadió un epílogo complementario en 2015 y que aparece en la edición citada.

La vida de Polanski -no descubrimos nada nuevo- se ha visto marcada no solo por aquel trágico crimen, sino por una agitada vida sentimental y un escándalo sexual, debido a sus relaciones con una menor, que le valió dar con sus huesos en la cárcel y verse obligado a huir para siempre de los Estados Unidos para buscar refugio en Europa. Si estos acontecimientos, y sus secuelas, que no han cesado de alimentar las páginas de la prensa amarilla hasta hace tan solo una década, son motivo más que suficiente de curiosidad, su excelente y audaz obra cinematográfica, elevándole a la categoría de maestro, junto a su testimonio vital sobre los momentos más trascendentes de la segunda mitad del siglo XX, aumentan los alicientes para introducirse en sus Memorias. Una biografía que se asemeja al perfil de una tosca sierra de leñador cuyos picos afilados y hendiduras, igualmente agudas, dibujan una historia que va desde una infancia vagando por el gueto de Cracovia, mientras su madre moría deportada en Auschwitz, hasta la consecución del Oscar al mejor director y la Palma de Oro en Cannes, en 2002, por su película El pianista, pasando por los duros años del estalinismo en la escuela de cine de Lodz y la época intensa de la bohemia parisina o de los felices años sesenta londinenses y californianos. Un periplo, rememorando uno los títulos de sus películas, de «hiel y miel», que se lee como una auténtica novela, jalonado por las interesantes noticias en torno una filmografía con títulos tan relevantes como El cuchillo en el agua (1962), Repulsión (1965) La semilla del diablo (1968), Chinatown (1974), Tess (1979) o El escritor (2010), entre otros.

Las Memorias de Polanski que ponen orden y sensatez a las libres invenciones de Tarantino, destacan, especialmente, por ser un honesto ejercicio de sinceridad en el que su autor no nos ahorra ningún detalle escabroso de su existencia y hace auténticos esfuerzos por relatarlos con la mayor objetividad y distanciamiento posible. Una tarea que llevó a cabo, asegura, con la ayuda de numerosos colaboradores hasta el punto de llegar a consumar «una empresa colectiva, algo así como la producción de una película». La brevedad de su prólogo, ahorra al cronista más consideraciones y deja una puerta abierta al criterio del lector. Dice así: «?tengan presente que este libro se escribió hace más de treinta años. Al releerlo hoy, uno podría tener la sensación de que vivimos en un planeta distinto. Se diría que hemos olvidado lo tolerante y libre que era entonces nuestra sociedad». Curioso para quien vivió los estragos del nazismo y el estalinismo y fue, la mayor parte de su vida, un exiliado en cualquier lugar del mundo.

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