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Cultura y turismo

El nuevo concejal de Cultura de Alicante, Antonio Manresa, ha dicho que la unión de la cultura y el turismo «pueden hacer grandes cosas para esta ciudad». Estoy completamente de acuerdo, aunque me temo que no será fácil dar con la fórmula exacta. Mezclar cultura y turismo en la proporción adecuada para que la balanza no se incline a un lado u otro, requiere un pulso fino del que no todo el mundo dispone. Ahí tenemos el caso de Málaga, donde toda la cultura se ha puesto al servicio del turismo, y apenas roza a los habitantes de la ciudad. Esperemos que Manresa no caiga en ese error, es decir, que trabaje para los alicantinos y no sólo para los comerciantes. Manejada con inteligencia, la cultura puede hacer mucho por la ciudad.

Manresa no proviene del mundo de la cultura, lo que, para un político, le otorga una cierta ventaja. Los mundos cerrados -y el de la cultura lo es- suelen producir un tipo de persona con las ideas preconcebidas. ¿Hay algo más opuesto al ideal de la cultura que las ideas preconcebidas? No trato de defender la ignorancia que siempre será peor, como los alicantinos sabemos por experiencia. Manresa, si lo juzgamos por sus declaraciones a la prensa, parece un hombre despierto que trata de evitar los charcos. Todo esto, claro está, no son más que conjeturas del articulista; habrá que esperar a sus actuaciones para formarnos una idea más real del personaje. Serán sus decisiones las que nos den la verdadera capacidad política de Manresa.

Ante la prensa, el nuevo concejal se ha presentado como un hombre que ama los retos: no le faltarán en la concejalía de Cultura, donde está casi todo por hacer. Al contrario de lo que ha apuntado, las carencias no son únicamente económicas y de personal. Por razones que sería prolijo explicar ahora, nuestros concejales de Cultura no sintieron jamás la necesidad de trazar un proyecto cultural para la ciudad. Todas esas personas trabajaron desde la más pura improvisación. Unos hicieron algunas cosas más cosas que otros, pero no recuerdo ninguno que llevara a cabo un proyecto cultural para Alicante. ¿Cómo pudo gobernarse de esa manera el área de Cultura de una ciudad que supera los trescientos mil habitantes?

Alicante necesita con urgencia un proyecto cultural que defina y fije unos objetivos. Tenemos que resolver si queremos una cultura para los ciudadanos, que transforme la ciudad, o una cultura escaparate para atraer a los visitantes. Esto es fundamental. Hay que redefinir el papel del MACA, de Las Cigarreras, de la Lonja, un espacio que todavía no sabemos muy bien para qué sirve; hay que sentarse con la Diputación y aunar criterios para el ADDA, para el MARQ, para el MUBAG; hay que hacer política y hablar con Elche y ver qué sinergias salen de ahí. Se trata, en suma, de aprovechar los materiales disponibles y bogar en una dirección. No es trabajo lo que le faltará al concejal Antonio Manresa.

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