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Una experiencia de reconstrucción cultural

Representación de Animal de séquia, de Sol Picó. infdrmación

Estamos ante un proyecto de reconstrucción cultural en el sentido pleno de la palabra. El Circuit Cultural Valencià es una experiencia nacida hace tres años, de la que en 2018 disfrutaron cerca de 600.000 espectadores de las tres provincias de la Comunitat Valenciana, que pudieron asistir a un total de 2.300 funciones de teatro, danza, música y audiovisuales. Esta iniciativa, que nació de la mano del Institut Valencià de Cultura (IVC), supuso una inversión anual de 5,5 millones de euros de la que se han beneficiado cerca de un millar de compañías teatrales y empresas culturales. Estamos ante una apuesta de gran calado, que empieza a consolidarse y que tiene como base de su funcionamiento la colaboración en la Generalitat y los ayuntamientos.

La creación del Circuit Cultural Valencià hunde sus orígenes en el añorado Circuit Teatral Valencià, un organismo creado en 1988, que permitía a los ayuntamientos valencianos acceder a un programa continuado de ayudas de la Generalitat para ofrecer una programación estable de teatro y danza. Este modelo pionero de gestión pública de las artes escénicas funcionó de forma satisfactoria durante cerca de 20 años e incluso fue imitado por diferentes gobiernos autonómicos españoles. El proyecto fue abruptamente suprimido por el Consell del Partido Popular en 2009 en plena etapa de recortes, en una decisión que dejó a muchos municipios fuera de los circuitos teatrales y que supuso un importante golpe económico para las compañías teatrales valencianas, que vieron drásticamente reducida su actividad en espacios públicos.

El 2 de mayo de 2016, en una asamblea entre ayuntamientos y dirigentes del IVC, se crea el Circuit Cultural Valencià, que recoge la filosofía del desaparecido circuito teatral, aunque le añade la música y diferentes manifestaciones de las artes audiovisuales. La fórmula es sencilla: las corporaciones locales que se suman a este organismo presentan propuestas de programación, que reciben una subvención del 50% por parte del IVC, a la que en el caso de obras en valenciano se suma un 10% de la Acadèmia Valenciana de la Llengua, siendo el resto cubierto por fondos municipales en los que también se pueden incluir ayudas de las diputaciones. El plan se centra en las compañías profesionales y exige unas condiciones adecuadas de infraestructura para poder acceder a él, así como unas cuotas mínimas de participación de compañías valencianas. En sólo tres años de existencia, un total de 81 municipios de toda la Comunitat Valenciana se suman al proyecto, al que también se han unido la Universidad de Alicante y la Universidad Jaime I de Castellón.

Abel Guarinos, director general del IVC, subraya que la filosofía del proyecto se basa en la colaboración entre los ayuntamientos y la Generalitat, buscando como objetivo central llevar la cultura a las ciudades grandes y a las localidades que por su tamaño no estarían en condiciones de afrontar el coste económico de una programación de artes escénicas. Guarinos subraya que los primeros beneficiados de esta iniciativa son los espectadores, que ven ampliadas sus posibilidades de acceder a representaciones teatrales, de danza y de música. Asimismo, el Circuit también ha tenido un impacto muy positivo sobre las empresas culturales valencianas, que han visto crecer su actividad tras una etapa muy difícil. Como dato significativo, hay que señalar que del millar de compañías que participaron en el Circuit durante el año 2018, más de 600 estaban radicadas en las Comunitat Valenciana.

Aunque la intención de este programa es diversificarse, el teatro -con 1.316 representaciones en el último año- sigue siendo el gran protagonista de su oferta. En segundo lugar está la música, con 647 funciones; seguida de la danza, con 191; del circo con 126; del cine y los audiovisuales con 58 y de la lírica, con 10. El objetivo es, según manifestaba el director general Abel Guarinos, dar la mayor variedad posible de manifestaciones escénicas, ofreciendo espacios para todos los estilos y para los gustos de los diferentes tipos de público.

En otro orden de cosas, la promoción de la lengua valenciana es otro de las funciones importantes que se marca el Circuit. En este sentido, hay que señalar que un 36,43% de las obras programadas son en valenciano, un 35,47% en castellano y el 28,20% restante en otros idiomas.

El informe anual del Circuit Cultural Valencià se presentaba en Alcoy durante la última edición de la Mostra de Teatre. En el transcurso de este acto se subrayó que la cifra de 600.000 espectadores, registrada durante el año 2018, supone una consolidación de esta propuesta. En 2017, la primera temporada entera en la que funcionó este proyecto, se cerró el ejercicio con un crecimiento espectacular, que ahora se ha mantenido. Abel Guarinos calificó de éxito mantener unas cifras tan buenas y destacó el importante trabajo realizado por las personas que han conseguido darle continuidad a una estructura cultural, que ha permitido sacar adelante más de 2.300 espectáculos escénicos. A la hora de hablar del futuro, en el transcurso del acto de la presentación del informe anual se señaló que hay que mejorar la coordinación entre espectáculos, recintos y compañías, añadiendo que hay que programar de forma unitaria toda la actividad.

19 municipios de Alicante

Aunque el Circuit Cultural Valencià tiene su mayor impacto en la provincia de València, la implantación de esta experiencia cultural empieza a extenderse de forma continuada en Alicante. En la actualidad, un total de 19 municipios de alicantinos de todos los tamaños se han acogido a un proyecto que les permite acceder a importantes ayudas para montar programaciones culturales. Según se señala en la memoria anual del Circuit, a lo largo de 2018 un total de 161.796 espectadores alicantinos asistieron a las diferentes funciones que ofreció este organismo. La inversión en la provincia fue de 1,3 millones de euros, entre el IVAC, los ayuntamientos, la Academia de la Lengua y la Diputación. Un total de 488 compañías pasaron por los diferentes espacios públicos de la provincia. Abel Guarinos subrayó que la extensión de este proyecto cultural es un fenómeno que se está desarrollando poco a poco, destacando que está actuando un efecto contagio: cuando un ayuntamiento ve que la ciudad de al lado está montando una programación con este plan de ayudas, inicia los trámites para sumarse a él.

La lista de ayuntamientos alicantinos que se han unido al Circuit está formada por las siguientes poblaciones: Alicante, Alcoy, Altea, Banyeres de Mariola, Callosa d'Ensarrià, Dénia, El Campello, Elche, Guardamar de Segura, Ibi, La Vila, L'Alfaç de Pi, Monóvar, Mutxamel, Petrer, Santa Pola, Villena y Xàbia. A estos nombres hay que unir el de la Universidad de Alicante, que se ha sumado a la iniciativa para reforzar su programación cultural. Hay que destacar a este respecto un dato importante: en el listado de ciudades están desde la capital y las cabeceras de comarca a localidades de menor tamaño, que consiguen de esta forma acceder a una oferta cultural que por los canales normales les resultaría imposible de gestionar.

Un análisis más pormenorizado de la relación de municipios alicantinos, nos señala que Villena es la localidad que más espectáculos ha programado bajo el paraguas del Circuit Cultural Valencià, con un total de 94. La sigue Elche, con 73 montajes; El Campello con 67, Xàbia, con 44 y Alcoy y La Vila, con 43 A mucha distancia está la capital, Alicante, con sólo 15 funciones, aunque el IVC confía en mejorar esta relación incluyendo el Teatro Principal dentro del Circuit.

Cambio de línea

La creación del Circuit Cultural Valencià es, sin ningún género de dudas, una de las principales iniciativas del Consell del Botànic en materia cultural. El proyecto, nacido durante la primera legislatura del gobierno de coalición de izquierdas, supone un cambio de línea radical respecto a las políticas del Partido Popular, que redujeron de forma drástica las ayudas a las artes escénicas, provocando un empobrecimiento general de las programaciones y dejando a los profesionales en una situación de incertidumbre económica y en el peor de los casos, de ruina. Abel Guarinos, director general del IVC, subraya los elementos principales de este giro: por una parte, apoyar al sector creativo y darle visibilidad y trabajo y por la otra, conseguir que los espectadores de todos los rincones de la Comunitat Valenciana tengan acceso fácil a una oferta cultural de calidad.

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