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Intriga en Alicante

Rafael Andarias mezcla hechos históricos y ficción en Reina Victoria Hotel, una novela ambientada en los últimos días de la Guerra Civil en la ciudad

Atlantis ediciones.

Reina Victoria Hotel, con ese original tachado en el título -que fue real- nos aboca indefectiblemente al periodo republicano en Alicante, más concretamente a los días finales de la Guerra Civil, cuando la ciudad se vio inundada por miles de refugiados republicanos en retirada y derrota definitiva. De manera más precisa, el personaje fundamental de la novela, María, es una joven arqueóloga madrileña partícipe de ese éxodo, que llega sola a Alicante y se hospeda en el que fue antiguo Victoria Hotel en la Explanada, frente al puerto, en el decir del narrador, un establecimiento cosmopolita frecuentado por gentes de lo más variopintas, incluidos espías y agentes secretos.

El autor, Rafael Andarias, médico alicantino establecido en Xàbia donde ejerce su profesión desde hace muchos años, ha escrito su primera novela, aunque ya había dado muestra de sus inquietudes literarias en relatos cortos y artículos en prensa y revistas. Andarias se inserta en esa admirable corriente de profesionales de la medicina en nuestra provincia, de amplios intereses humanísticos, de los que tan escogidos nombres pudiéramos citar.

En este su primer gran proyecto, Andarias se ha adentrado a fondo en el campo de la novela histórica, manejando unos hechos que realmente sucedieron y la ficción propiamente novelística, lo que -por supuesto- constituye el gran reto y el riesgo que todo autor debe dilucidar para que ficción y realidad, novela e historia, empasten sin perder o adulterar las voces propias de cada ámbito. Reina Victoria Hotel lo consigue a nuestro juicio, aunando conocimiento y placer en su lectura.

Toda la trama discurre en el avance final de las tropas franquistas hacia el Mediterráneo y la desesperada huida masiva de los republicanos hacia esos puertos con la intención de embarcar para expatriarse y liberarse de la represión. Históricamente, el punto de confluencia será Alicante, ciudad sobre la que gravita todo el dramático peso del destino final de los vencidos: o la salvación, o la cárcel y el paredón.

María López ha vivido la guerra en el Madrid asediado, es arqueóloga y experta en el pasado visigótico hispánico. Mujer de convicciones republicanas moderadas, debe tomar la difícil decisión de separarse de su familia y trasladarse sola a Alicante para intentar expatriarse. En el viaje comienza propiamente la trama novelesca, al conocer a un periodista extranjero, un tal Karl y episódicamente a un tal Archibald, que reaparecerá con sustantividad pocos días más tarde. Durante el viaje con el nuevo acompañante, Karl, María revive sus experiencias de casi tres años de guerra, lo cual le sirve al narrador para darnos algunas de las claves de su personalidad y mentalidad: una mujer a quien la República le ha dado la oportunidad de emanciparse profesional y personalmente.

La segunda parte de la obra se desarrolla ya en Alicante, en torno al Hotel Victoria, A partir de ese momento domina narrativamente la intriga, en una ciudad que vive los días finales del conflicto envuelta en el inmenso cansancio de la guerra, después de soportar tantos bombardeos, las penurias del subsistir diario y la avalancha de miles de refugiados, muchos de ellos armados. Para todos, como María y Karl, cuyos destinos se unen, el objetivo es embarcar y para ello hay que conseguir pasaportes, visados, etc; y como contrapunto, en cualquier novela de suspense que se precie, un grupo de espías, nazis para más señas, tratarán de impedirlo ¿Por qué pretenden impedir que María embarque? ¿Quién es realmente Karl? ¿Cómo acabará finalmente la obvia atracción sentimental entre ambos? ¿Conseguirán embarcar?

Las gestiones y los ansiosos pasos de María y Karl en aquel Alicante crepuscular, en los organismos oficiales republicanos, en la Diputación, en la Aduana, etc, le sirve al narrador para recrear múltiples aspectos de la ciudad en guerra, muchos de los hechos ocurridos y algunos de su historia más lejana, haciéndonos aparecer, con la licencia que da la novela, personajes como Miguel Hernández, tratando de conseguir un pasaporte, o personajes secundarios, como el profesor de instituto y el camarero marroquí del hotel. Estos dos secundarios acabarán formando un grupo con María y Karl para conseguir su propósito de embarcar, contando para ello con la inestimable ayuda de ese señor que se llamaba Archibald Dickson, galés, capitán del vapor Stanbrook, que partiría abarrotado con 2.638 refugiados republicanos, a las 23 horas del día 28 de marzo, de 1939, con destino a Orán, hace 80 años.

Por escenario histórico, por trama y textura de los personajes, la obra resulta bastante explícita en su pretensión de incitar al conocimiento y a la reflexión sobre la trágica experiencia de nuestra guerra civil, que aun gravita -y seriamente- sobre nuestra conciencia colectiva.

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