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El éxito de taules al teatre

El éxito de taules al teatre

Taules Teatre tiene motivos para sentirse satisfecho. El Max que ha recibido la compañía de Pinoso es un premio al que nadie puede ponerle objeciones. Pocos dudarán de los méritos de un grupo que lleva cuarenta años dedicado a hacer teatro, durante los que ha representado obras de una gran calidad. En un país donde la improvisación y el abandono suelen dominar en las empresas culturales, esa continuidad nos sitúa ante un hecho singular al que debemos prestar atención.

En los últimos años, hemos asistido a un falsodebate al contraponer -en mi opinión, con poco acierto- el teatro profesional al amateur. Por diversas razones, no se ha querido valorar el importante papel que desempeña el teatro de aficionados. Creo que se trata de un error. De no ser por la presencia de estos grupos, muchos lugares de nuestra geografía no habrían visto jamás una representación teatral. Hay pueblos -pequeños pueblos- donde la actuación de una de estas compañías la tarde del sábado o la del domingo, constituye una verdadera fiesta a la que todo el mundo acude con curiosidad y alegría.

Nuestra Administración, siempre tan minuciosa a la hora de repartir subvenciones, ha vuelto a enredarse en la maraña de su burocracia. Es un mal que no parece tener fin. El resultado es que el teatro de aficionados se ha visto relegado ante el de unos grupos «profesionales», una etiqueta que no siempre se manifiesta después sobre el escenario. A una compañía de teatro deberíamos juzgarla por las obras que programa y la calidad de sus representaciones. No conozco una fórmula mejor. Pretender baremar el arte con un pliego de condiciones siempre acarreará malos resultados.

Taules es un grupo de teatro aficionado, pero, en muchas ocasiones, no sabríamos distinguir sus montajes de los de un grupo profesional. Es lo que me aseguran las personas que conocen la trayectoria de la compañía, a las que he consultado sobre este punto. Claro que Taules tiene detrás una experiencia de cuarenta años haciendo teatro: el arte exige tiempo para manifestarse y alcanzar alguna perfección. Para que este milagro se produzca, hay una condición diría que indispensable: la presencia en el grupo de una dirección inteligente, capaz de marcar el rumbo. En un mundo tan dado a los personalismos como es el del teatro, hace falta mano para mantener unida una compañía durante cuatro décadas.

Una de las causas del éxito de Taules ha sido su perspicacia para no cerrarse sobre sí misma, y abrirse al exterior. La presencia de otros directores, actores, escenógrafos, venidos de fuera le ha sentado muy bien a la compañía y le ha impedido caer en esa autarquía que ha destruido a tantos grupos de aficionados. Otro punto importante ha sido la programación: Taules ha alternado obras de un carácter mayoritario, popular, con otras más exigentes para el espectador. Con esta práctica, que requiere mucho tino, el grupo ha creado en Pinoso, su pueblo, una considerable afición por el teatro.

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