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Entrevista

Elena Jiménez (Alicante, 1965): «No existen paraísos para los artistas»

Multidisciplinar: instalación, obra gráfica, fotografía, pintura. Trabaja en un contexto fronterizo, simultaneando abstracción y representación

Elena Jiménez (Alicante, 1965): «No existen paraísos para los artistas» joseluismartinezmeseguer@gmail.com

Tienes tus raíces en Alicante. En el 84 te trasladas a Madrid, donde aún continuas viviendo. ¿Te hubiera gustado seguir establecida en Alicante o crees que tu trayectoria no habría sido la misma?

Mi trayectoria no hubiera sido la misma por el cambio vital que supuso para mí y mi trabajo. En los ochenta Madrid era una gran capital y una ciudad abierta a gente de todas las partes, muy viva y con mucho movimiento creativo. No puedo establecer una comparativa de las dos ciudades porque todo mi trabajo lo he desarrollado en Madrid.

¿Qué te impulsa a salir de Alicante y radicarte finalmente en Madrid?

Salir de Alicante fue opción personal y una aventura. Quería continuar mis estudios en arte, y como me independicé, también realizaba trabajos relacionados con el tema. Pero he estado vinculada a Alicante a través de las convocatorias del Ayuntamiento y la Diputación, donde me adquirieron obras en concurso y en el 94 me concedieron el premio de arte joven IAC.

¿Qué ansiabas?

Era una joven curiosa y quería descubrir nuevos horizontes, ir a otra ciudad donde había variedad de referentes artísticos, museos, centros de arte y galerías.

¿Lo encontraste?

Estoy segura que cualquier artista que haya estudiado y trabajado en Alicante lo encontraría también. La única diferencia es la juventud en la que yo empecé a trabajar como profesional.

¿Qué diferencias fundamentales, debilidades y fortalezas, estableces entre ambos lugares en cuanto al desarrollo de tu práctica artística y al propio sistema del arte?

La diferencia es la escala a la que ocurren las cosas, porque al ser un ciudad mayor se multiplican el número de agentes del entorno de la cultura, pero no sé si es una ventaja o desventaja. Las debilidades son iguales en todas partes, como la falta de apoyo institucional a los artistas locales en igualdad de condiciones y desde la educación, fundamental para que la sociedad le interese lo que los artistas están contando cuando crean. Las fortalezas vienen de la resilencia de los propios artistas que continúan trabajando tanto en Alicante como en Madrid.

¿Crees que puede mejorarse algo?

Lo fundamental es cumplir el Código de Buenas Prácticas profesionales de las artes visuales para que todos los agentes incluidos y, sobre todo, l@s artistas, trabajen en condiciones dignas y se retribuya su trabajo.

Eso mismo, ampliado a tu experiencia internacional, ¿qué deberíamos aportar y erradicar en la práctica artística contemporánea?

No hay paraísos para l@s artistas. Pero en otras culturas cuando la gente sabe que te dedicas al arte, sienten admiración e interés por conocer tu trabajo y eso es algo que no pasa a nivel nacional, dónde creen que ser artista contemporáneo no es un trabajo serio, aunque precisa de una importante formación y de un proceso de investigación constante. Pero como te comentaba antes la solución al problema es la educación, ahí está el camino del futuro en el arte.

Desde la aldea global, y desde tu perspectiva, ¿cómo se aprecia desde fuera este proceso de vuelta o reforzamiento de los nacionalismos?

A mí me gusta más la palabra solidaridad y no creo que sea incompatible con perdurar la cultura de un pueblo, con respeto, transversalidad y horizontalidad en la toma de decisiones... La idea de levantar más muros y concertinas me parece una vuelta atrás, una forma de patriarcado capitalista.

¿Algún proyecto pendiente a realizar en Alicante?

Estoy contenta con la colaboración de algunos agentes alicantinos que me han permitido poder mostrar mis últimos proyectos allí. Quizás dentro de algún tiempo me gustaría que me comisariasen una antológica. Ya llevo treinta años como profesional y estaría bien echar la vista atrás y por supuesto estaría encantada de formar parte de alguna colección de los museos y centros de arte locales.

Un proyecto que cueste arrancar.

A mí, más que costarme arrancar el proyecto, me cuesta frenar, conseguir que el proyecto se remate bien y no dar un paso demasiado rápido al siguiente, para que coja fuerza y un cuerpo propio. Hay que revisar la obra del pasado para ver tus raíces y a la vez seguir investigando y avanzando.

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