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Alberto Fermín: «La cultura no tendría que tener IVA»

Alberto Fermín es un referente en nuestra ciudad. Es diseñador y técnico de iluminación y sonido...y muchas cosas más

Alberto Fermín: «La cultura no tendría que tener IVA»

Alberto Fermín Vázquez Muñoz nació en 1959 en el Hospital Provincial de Alicante. Antes de vivir del mundo artístico fue revolucionario. Anarquista libertario, en los albores de la transición. Después de un tiempo de estar «haciendo la revolución», gracias a un colega surgió la posibilidad de trabajar con el grupo Mediterráneo, que dejaban de ser una orquesta para empezar sus interminables giras nacionales. Comenzó cargando y descargando el camión de material. «Era el único peluca de todo el grupo. Al principio creían que les iba a robar, pero luego se dieron cuenta que era la imagen del rock?». En aquella época no había escuelas de técnicos, así que su formación comenzó de manera autodidacta. «Desde ese momento todo fue música y sonido, cinco años de gira en carreteras nacionales? no había autovías!. Hasta que me fuí a Madrid. Una gran ciudad, pero muy estresante. Tuve a mis hijas y volví a la terreta, dónde Jácara Teatro comenzaba su andadura profesional con Cuando Jack el destripador bailaba claqué. Juan Luis Mira conocía a mi hermano, el técnico que tenían se marchaba? y así, casi por casualidad, me metí en el mundo del teatro, sonorizando ese espectáculo musical».

Justo después empieza a trabajar en el Teatro Arniches, dirigido en ese momento por Fernando Gómez Grande. «Ahí comencé a trabajar también en la iluminación y dejo el mundo de la música. Si puedo ganar lo mismo acabando a las 00:30 mejor que acabar a las 04:00».

En su anterior periodo en Madrid, cursó estudios en el Centro de Estudios del Video, CEV y acabó trabajando allí. «En Madrid tuve mis primeros contactos con la iluminación y llegué a trabajar en el mundo de la televisión, incluso fui proyeccionista de gran formato».

Las titulaciones de Alberto son curriculares. Es lo que tiene ser un todoterreno autodidacta. En otro momento de su vida laboral, entró como responsable de mantenimiento de sistemas audiovisuales en Terra Mítica, antes de su inauguración. «Allí aprendí lo importante y necesario que es el mantenimiento. Mecanismos, sincronía, proyección,? y lo más importante: a cuidar el material como si fuera tuyo».

Alberto tiene mucho mundo? y se le nota. Estuvo en Latinoamérica rodando documentales como sonidista y ha recorrido Europa y Asia con las giras de la compañía de ballet español Rafael Aguilar. Recuerda con especial cariño el espectáculo De Ratones y hombres en el que fue el técnico encargado de adaptar en gira el diseño de luces de «su primo» Juanjo Llorens y conseguimos su segundo MAX.

«Creo que la figura de la coordinación técnica es muy necesaria y escasea en nuestra ciudad. Todos los espacios de exhibición deberían tenerla incluso el mismo ayuntamiento, porque programan en muchos espacios y tiene mucho material que no controla ni mantiene nadie. Es una pena sobre todo en instituciones públicas que trabajan con el dinero de todos».

Cambio de tendencia en Alicante

Otro de sus trabajos en la actualidad es la gira de la compañía de teatro de Jorge Javier Vázquez con el espectáculo musical Grandes éxitos, donde, como curiosidad, sale a escena durante el espectáculo. «La experiencia que estoy viviendo es muy buena. Es una empresa cumplidora y Jorge Javier es una persona que invierte su capital en teatro. Se rodea de muy buena gente y hace que personas que nunca han pisado un teatro, vayan a entretenerse con un espectáculo de calidad».

A la hora de valorar el estado de la cultura en la ciudad en los últimos diez años, Alberto es bastante pesimista: «Alicante está muy perdida. Sobre todo porque somos la provincia del sur y València centraliza y absorbe la mayoría de la actividad cultural, aunque reconozco que en esta última legislatura ha habido un cambio de tendencia, bien gestionada por la actual delegada territorial. Sucede lo mismo con la Diputación de Alicante, que se ocupa de la capital (ADDA) y sus caprichosas producciones y por ello deja más desatendidos a los pueblos. La crisis ha hecho mucho daño, estamos inmersos en una deriva en la que todos los concursos públicos del sector salen a la baja. Me gustaría reivindicar un cambio de tendencia, porque al final si priman los proyectos a la baja, solo se conseguirá perder a los buenos profesionales en la administración lo se valora la calidad sino la cantidad (el presupuesto)».

Pero no todo está perdido: «La llegada de Paco Sanguino al Teatro Principal ha sido un revulsivo, un profesional del sector que ha marcado un nuevo rumbo, aunque no comparto todas sus decisiones. También ha sido bueno que con el giro que planteó Dani Simón en la concejalía de cultura, Las Cigarreras sea un centro cultural de línea contemporánea, como con el que cuenta toda gran capital, a pesar de disponer de un presupuesto ridículo e inoperante. El ayuntamiento no invierte en cultura, es una vergüenza el presupuesto que se destina».

Para terminar hablamos de si ha notado la bajada desde enero del 21 al 10% en el IVA cultural. «Yo creo que la cultura no debería tener un impuesto de valor añadido. Es más necesaria que nunca, es la identidad de un país, de un pueblo, y nos hace falta. Mucha falta».

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