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Serendipia

La imagen tecleada

La visión en «8 bits» de Raquel Meyers aterriza en la Sala Gris de la Universidad Miguel Hernández de Elche

La imagen tecleada

n Slöjd es una expresión de origen escandinavo que significa «destreza manual». Alude al trabajo creativo que otorga especial importancia al proceso, a la labor artesanal que confiere una personalidad al objeto construido. La escuché por primera vez hace un par de semanas, en la inauguración de la exposición La vida futura se teclea, en la sala Gris del edificio de Rectorado y Consejo Social de la Universidad Miguel Hernández. Rodeada por un montículo de computadoras e imágenes pixeladas, la artista Raquel Meyers explicaba al público asistente, que no importa que técnica empleas para crear, el dibujo, la performance o la informática, lo relevante es aplicar en ella esa «destreza manual», ese slöjd, que te ayuda a entender el proceso como algo definitorio.

Meyers trabaja, principalmente, con teletexto. Sus piezas surgen de la manipulación de los símbolos gráficos y de los caracteres numéricos de ese fantasma de la señal televisiva, donde algunos de nosotros todavía nos atrevemos a consultar el horóscopo o el tiempo. También emplea computadoras obsoletas, como el Commodore 64, u otras te tecnologías del pasado reciente como el FAX. Cada uno de estos medios, le sirve para crear las piezas de videoarte, esculturas, ilustraciones, etc. con las que ha recorrido buena parte de los festivales y las salas expositivas de Europa. Meyers teclea ristras de símbolos y números que, fila tras fila, van formando coloridos mosaicos de píxeles sobre fondo negro. Una suerte de «brutalismo» digital, de geometrías angulares y repetitivas, que configuran su particular visión del mundo: Desde un tótem esculpido con imágenes en código binario ( Totem, 2018), hasta las imágenes publicitarias en 8 bits, que Netflix le encargó para promocionar en el teletexto la segunda temporada de la serie Stranger Things (2018).

Piensen en todas estas obras, como una extensión digital del slöjd. Como que cada imagen «tecleada», a pesar de haber sido realizada por ordenador, se ha construido aplicando ese pragmatismo artesanal y honesto que se autoimpone el artista para meditar sobre su propio medio. Meyers lo llama KYBDslöjd (un compuesto de slöjd y el acrónimo de keyboard, teclado en inglés), ya que intenta componer su retícula de píxeles y símbolos sin atender a reparaciones, evitando el socorrido comando «deshacer» de las computadoras («Control+Z»), que frena los accidentes fortuitos de la creatividad.

Aquí es donde Meyers se diferencia de otros artistas digitales -más efectistas, de menor carácter- volcados en lo «retro». Consigue que la imaginería, anticuada y fría, de los primeros softwares, adquiera un estilo inequívocamente personal. Una condición donde la reconocemos a ella, pero también a los argumentos que construyen un lenguaje vivo, abierto, donde siempre parece que impera un impulso por la continuidad de la obra. Meyers, tal y como manifestó en esta exposición organizada por el vicerrectorado de Cultura y Extensión Universitaria de la UMH, adquirió esta idea del slöjd durante su estancia en Suecia. Pero también aprendió algo un importante de nuestra cultura antes de emprender el vuelo: «Usa la máquina, no seas la máquina»; La Bola de Cristal (Lolo Rico, 1984).

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