Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La mirada prohibida de Kracauer

Este extraordinario libro, publicado por vez primera en castellano, nos recuerda que la mirada de Sigfried Kracauer sigue siendo necesaria

La mirada prohibida de Kracauer

Según Walter Benjamin, su amigo Siegfried Kracauer sabía leer lo que jamás se había escrito: las huellas dispersas, las contigüidades inadvertidas y las discontinuidades impensables que atraviesan la vida moderna y sus ciudades, revelando que los verdaderos misterios no se esconden dentro de las casas, sino que transitan fugaces por las calles. Benjamin, quien, tras los pasos de Baudelaire, reveló esos misterios en constelaciones de imágenes y alegorías, sabía muy bien de lo que hablaba. Como la suya, la escritura de Kracauer fue fiel a una ubicua mirada andante, que, aunque exenta de alegoresis, transitó también por muchos pasajes, a sabiendas de que éstos ya no eran necesarios «en una sociedad convertida ella misma en un pasaje». Kracauer compartió con el público literario esa mirada en el Frankfurter Zeitung, el prestigioso diario de su ciudad natal, entre los años veinte y treinta. Con la toma del poder por los nazis, el escritor se exilió en Estados Unidos donde vivió hasta el final de su vida, en 1966. Allí aquilató sus cualidades de pensador preciso y fragmentario, capaz de escribir la genealogía cinematográfica del nazismo ( De Caligari a Hitler) o una serie extraordinaria de ensayos sobre filosofía de la historia, editada póstumamente bajo el elocuente título de Las últimas cosas antes de la última. Cultivó la crítica literaria, la teoría del cine, la sociología, la novela o la filosofía con la aguda inteligencia del pensador que renuncia a la sistematización teórica por una ascética atención hacia el mundo, convencido de que la superficie es el lugar natural de lo profundo. Algunos ensayos previos a su exilio, aparecidos bajo la forma periodística, inédita en España, del Feuilleton, son hoy trabajos de referencia para entender la génesis de nuestro mundo estético y político: basta leer El ornamento de la masa o su libro sobre Los empleados para confirmarlo. Pocos autores como él justifican el juicio contemporáneo sobre el carácter fundacional de la época de Weimar. Tal y como las describió, las experiencias e inquietudes de su tiempo histórico prefiguran muchas de las del nuestro.

Los textos recopilados en este libro (en magnífica traducción al español), editados ya en los años sesenta y ahora enriquecidos con un anexo de artículos olvidados, convierten a las calles en proteicos seres vivos: las de algunas ciudades meridionales, las de París y, sobre todo, las de Berlín. Los usos del consumo literario aconsejan advertir al lector que no hallará aquí callejeros ingeniosos para recreo del turista alternativo, ni esas impostadas imágenes de modernidad canalla que hacen las delicias de tantos lletraferits, aspirantes, desde su terruño, a epígonos exquisitos del cosmopolita mundo de ayer. El «Berlín sin pose alguna» que contempla y escribe Kracauer es el de quien sabe que «las entrañas humanas cuelgan, como prendas de ropa, de las fachadas traseras de la sociedad» y advierte con espanto el contraste entre «la construcción cerrada e inconmovible de la arquitectura urbana» y «la confusión de los hombres en proceso de desvanecimiento». La de Kracauer es una escritura que expresa lo inexpresable -la miseria invisible- a fuerza de situarse en los espacios intermedios, los umbrales: entre los hombres y las cosas -sean los pianos, tirantes o máquinas que protagonizan algunos artículos-; entre el pasado y el presente -como en esas fotografías «que aún no son históricas del todo»; o entre la existencia y el sueño -como en los espejos de las tabernas. La proyección óptica sobre esos espacios fronterizos, donde lo esencial deviene accesorio y los espectros se tornan figuras vivas, constituye el objetivo de una escritura, que, casi como una cámara, atenta a los momentos de encuentro, «obliga a emerger a los que generalmente son invisibles? cuando la mirada prohibida cae sobre los pasajeros en tránsito».

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats