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Dinero para la cultura

Hacen bien los artistas alicantinos en reclamar más dinero para la cultura. Nunca será suficiente el dinero que destinemos para este fin. La cultura actual se parece poco a la de ayer, y no puede llevarse a efecto si no abunda el dinero. Las industrias culturales -así nos gusta llamarlas hoy- necesitan del capital para su funcionamiento. Montar una exposición, producir un espectáculo teatral, incluso una simple performance, exigen un presupuesto que no está al alcance del bolsillo de muchos artistas; sin contar con que estas personas necesitan vestirse y comer cada día. El amor al arte, que siempre ha exigido sacrificios, tiene también sus límites.

He escuchado decir a algunos creadores que la abundancia de dinero traería una mayor calidad a nuestra cultura. No estoy seguro de ello: el empleo del verso libre no asegura la calidad de los poetas. En la actualidad, un buen número de artistas aspira a vivir de la subvención, es decir, quieren que les paguen por ser artistas. ¿Deberíamos criticarles por algo habitual en la sociedad de nuestros días? No seré yo quien lo haga; tampoco discutiré las ventajas y los inconvenientes del sistema, pues carezco de los conocimientos para ello. Pero si es ese el marco que nos hemos concedido, tienen razón los artistas alicantinos cuando exigen un reparto más justo del presupuesto.

Ahora, para que la reivindicación produzca algún efecto en València, debería hacerse de la forma adecuada, y me temo que un power point no baste para ello. Deberíamos estudiar con detalle los presupuestos de la consejería de Cultura, para extraer esos datos objetivos que permitan la comparación. De otro modo, nuestros argumentos no pasarán de la queja, y hasta una réplica tan desganada como la que el señor Marzá publicó en la prensa barrerá nuestras razones. Es probable que Cultura discrimine a la provincia de Alicante, pero hay que demostrarlo con el argumento incontestable de las cifras.

Por otra parte, culpar a la Generalidad del estado en que se encuentra la cultura en la provincia es, probablemente, excesivo. No creo que la consejería de Cultura sea la única responsable de la situación en que nos encontramos. En este asunto, algo tendrán que decir los artistas, el público, que prefiere unos espectáculos y no otros y, sobre todo, los ayuntamientos. Hablemos de estos últimos: ¿cuál ha sido la política cultural de nuestros ayuntamientos en todos estos años pasados? Por centrarnos -cuestión de tamaño- en las grandes ciudades, preguntaré: ¿tiene alguna política cultural el Ayuntamiento de Elche? ¿La tiene el de Alicante? ¿Conoce el lector qué porcentaje de sus presupuestos municipales destinan estas ciudades a la cultura y con qué criterio lo hacen? Desde luego, debemos reclamar al Gobierno valenciano un reparto justo de los presupuestos, pero quizá deberíamos exigir antes a nuestros ayuntamientos que nos expliquen para qué necesitan una concejalía de Cultura y qué piensan hacer con ella.

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