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Vista del pantano Alicante

Representa una construcción renacentista y su presencia en el paisaje nos lleva a la idea de simbolizar lo sublime anticipando el romanticismo

El arquitecto Isidro González Velázquez se tituló en la Academia de San Fernando. Entre sus obras cabe destacar el monumento conmemorativo al Dos de Mayo en Madrid y la Casa del Labrador, pabellón de recreo en Aranjuez.

Enrique Lafuente Ferrari fue historiador y estudioso del arte español. El año 1933 en la revista Archivo Español de Arte y Arqueología, nº 25, páginas 68 a 71 publicó el artículo que lleva por título Sobre la Casa del Labrador y el arquitecto Isidro González Velázquez. Es un estudio de las características de la arquitectura neoclásica del pabellón para descanso y fiestas reales. Esta referencia es consecuencia de que en la página 69 menciona que en la Biblioteca Nacional se conserva una Vista del pantano de Alicante, hecha por Isidro González a los doce años de edad, sin incluir imagen de ese dibujo del que ahora, por cierto, resulta fácil de localizar y consultar entre los fondos digitalizados de la Biblioteca. Lo he rescatado con mis antiguas fichas de consulta, debido a un trabajo que sobre esta presa ha sido admitido en el curso Caminos de Agua, organizado por el Colegio de Arquitectos de Barcelona, a celebrar mediados del mes de diciembre.

Lafuente no hace referencia respecto a cómo Isidro González realizó la toma de datos. Consiste en un dibujo figurativo a lápiz de sanguina sobre papel que representa el paraje natural vista desde aguas abajo. La pared de la presa es la V casi frontal que encaja en los laterales rocosos de los cerros Mos del Bou situado al norte y La Creta en la ladera sur. Las líneas horizontales ligeramente curvadas representan los diferentes retranqueos de la fábrica construida.

Isidro González al elevar el plano del horizonte representó el remate de la construcción. Allí se aprecian dos barandas metálicas situadas en el contorno interior que, a falta de representación de figuras humanas, dan escala y proporción a la dimensión de la presa. A la izquierda se encuentra el puente y su protección también metálica sobre el aliviadero por el que desagua en torrente una parte del líquido embalsado, que precipita hasta el cauce inferior. La misma agua se estanca al pie de la presa para conformar el río de nuevo, mientras las rocas de la base ocultan la galería inferior de salida, o bien, el autor la omitió. En el dibujo la luz procedente de la izquierda deja en sombra las rocas de ese lado, ilumina de manera brillante el agua que brota del aliviadero, sombrea y proporciona sensación de curvatura al muro y reluce la la parte derecha así como también al cerro de ese mismo lado. Por encima del remate de la presa con trazos más suaves se aprecian las montañas que configuran la cuenca de recepción y el aporte de las aguas.

La representación es naturalista, corresponde a un paisaje abrupto formado por las rocas y las montañas del fondo, también por el aliviadero con la cascada del agua precipitando al vacío. Situada en plena naturaleza ha superado la imagen neoclásica representando la arquitectura de la antigüedad griega o romana. Aquí se representa una construcción renacentista y su presencia en el paisaje nos lleva a la idea de simbolizar lo sublime, anticipando así el romanticismo.

En la parte inferior derecha de la lámina se encuentra escrita la leyenda Vista del Pantano de Alicante I G Velazquez de edad de 12 años. Era la edad común de ingreso en la Academia de San Fernando para cursar los estudios de arquitectura que González Velázquez concluyó cinco años después en 1783.

No debe extrañar dicha edad temprana, propia en aquellos años para la formación académica. Ignacio Haan nacido en Alicante ingresó también a edad similar, llegando a ser con el cardenal Lorenzana arquitecto de la entonces extensa diócesis de Toledo.

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