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Hollywood rescata el sexo a los ochenta

La película Book club aborda la peripecia de setentonas y ochentonas que leen y practican 50 sombras de Grey, el libro donde los varones agreden a las mujeres bajo contrato, con un entusiasmo que solo pueden permitirse a esa edad. Esta pasión ajena al calendario es revolucionaria, porque el nuevo sida de la violencia masculina ha resultado letal para el anudamiento de los cuerpos, por mucho que los participantes en las ceremonias sexuales pretendan obviar la intromisión.

Las cuatro protagonistas de Book club son mitos femeninos tan acreditados como Candice Bergen (72), Diane Keaton (72), Jane Fonda (81) o incluso Mary Steenburgen (65). Dado el vínculo generacional, la ciencia apoyada en la evidencia obliga a recabar su edad como trampolín hacia la urgencia de la fusión anatómica. Decir que están sedientas de sexo rebaja la densidad erótica de la película. Hay que apresurarse a remarcar que se inscribe en el género de las comedias blancas, donde los finales felicísimos se presagian desde la escena inicial.

Aceptando Book club, la adolescencia perpetua se prolonga hasta pasados los 70, y a partir de esa barrera pueden prodigarse los comentarios cargados y los double entendres que eran moneda corriente en las revoluciones ahora proscritas. De este modo, Hollywood recurre a una película subversiva para rescatar el sexo a los ochenta. No en referencia a la década, sino a la edad que licencia el comportamiento licencioso. Casanova no ha muerto, solo ha envejecido.

Mientras Book club burla a los nuevos censores, una maraña de denuncias cruzadas victimiza a las multimillonarias Gwyneth Paltrow o Salma Hayek. Al mismo tiempo, las contradicciones atrapan en sus redes a denunciantes como Asia Argento o el fiscal Eric Schneiderman, obligado a abandonar la persecución de los culpables de #Metoo porque les superaba en comportamientos indeseables.

Es imposible asistir a una proyección de Book club sin sospechar que satiriza el nuevo puritanismo desde una asquerosa comercialidad. Sin necesidad de compartir los peligrosos comentarios de la feminista Germaine Greer en su panfleto On rape sobre la violación, un espectador adulto tiene derecho a plantearse por qué ha de perderse a Kevin Spacey interpretado a Gore Vidal, la película de Amazon que enfrentaba a dos inmorales. Sin excesivos valores cinematográficos, la buena noticia de Book club es que el sexo desenfrenado y desenfadado no ha desaparecido. Basta con tener la edad suficiente para practicarlo, que ahora empieza a los setenta. Y algo.

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