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Arte rupestre: Los primeros santuarios

Constantemente el MARQ da muestras de esta lectura del pasado a partir de la utilización del lenguaje contemporáneo en el diseño y en la concepción de sus exposiciones

Arte rupestre: Los primeros santuarios

Esta última exposición, Los primeros santuarios, nos lleva a la montaña de Alicante, y se enmarca en la celebración de varios aniversarios. Hace veinte años de la inclusión del Arco Rupestre del Mediterráneo de la Península Ibérica como Patrimonio Mundial por la UNESCO. Declaración consecuente con el trabajo de investigación realizado por el Centre d´Estudis Constestans, Pere Ferrer, la Universidad de Alicante, Mauro Hernández, y la Diputación Provincial, Enrique Llobregat, a partir del descubrimiento de los abrigos de la Vall de Gallinera, 1977, y del Pla de Petracos, 1980, dos centenares de abrigos. Desde entonces se inicia una importante colaboración entre estas instituciones alicantinas, una tradición de estudio y de edición que refleja la labor constante desempeñada en la prospección, conservación, análisis e interpretación de este patrimonio.

En las pinturas, dibujos, tallas, grabados del Arco Mediterráneo podemos ver distintos conceptos de la imagen, desde un arte más realista a fases de dibujo esquemático, macro esquemático, simbólico, del Pla de Petracos. Toda una riqueza que sitúa a la provincia de Alicante como un importante lugar de encuentro de diferentes comunidades y de diferentes tiempos.

La exposición se centra en el gran hallazgo del Pla de Petracos, los primeros santuarios, más de veinticinco abrigos, ubicados a una gran altura en unas paredes casi verticales, como atalayas o tribunas, en cuyas cavidades están representadas las orantes, mujeres, pues su sexo se detalla con una concha, en una cerámica encontrada con el mismo motivo. Figuras serpentiformes, con los brazos alzados al cielo en actitud de súplica, además de animales y otras formas que parecen celebrar la fertilidad de la naturaleza y de las mujeres. Motivos con un diseño muy especial, únicamente encontrados en la provincia de Alicante, y en algunas zonas limítrofes con Valencia, hasta la fecha.

Esta exposición nos muestra un tesoro arqueológico único, que nos sitúa en el primer lugar en el Estado, pero desconocido para el gran público. Un patrimonio de gran fragilidad, sometido a la erosión y al vandalismo, a pesar de su inaccesibilidad, casi siempre producto del desconocimiento.

El trabajo del arqueólogo trata de conservar este patrimonio desde su divulgación, con la dificultad de enfrentarse a un mundo sin certezas. Cómo vivían, qué sentido le daban a sus expresiones gráficas?. El enclave natural donde se ubican estos primeros santuarios, imposible de reproducir en una sala de museo, tiene una importancia esencial para apreciar el impacto de su presencia en el diálogo de estos pueblos con la naturaleza. Con gran acierto, se nos posibilita su visualización desde el vuelo de un drone, en diferentes vídeos. Así se nos enfrenta con otro gran desconocido, el paisaje de Alicante, como una mirada imprescindible para comprender toda una cultura: el paisaje natural como el espacio vital que conformaba en buena parte su imaginario, su lenguaje, su medio de vida y de expresión, de comunicación en comunidad. De hecho estos abrigos del Pla de Petracos forman como una concha o anfiteatro natural que propicia que cualquier cosa dicha en las alturas sea escuchada en el llano. Dato que nos proporciona el arquitecto de la Diputación Provincial, Rafael Ferrer, encargado de su conservación y comisario de la muestra, junto a Jorge Soler, director de exposiciones del MARQ, y Virginia Barciela, Universidad de Alicante.

A través de un recorrido minuciosamente estudiado a partir de una exquisita selección de piezas, provenientes de 19 museos del ámbito nacional, se nos introduce en el arte rupestre prehistórico, desde el paleolítico al neolítico, desarrollado en los diferentes puntos del país. El diseño geométrico, abstracto, modular, de la arquitectura efímera nos introduce en los ambientes cóncavos de las cuevas, primeros hábitats, donde se ubican piezas con grabados de animales en piedra y en hueso, pinturas en cerámica, con un dibujo que hoy consideraríamos muy culto, una línea sensible y sabia, que trasmite el volumen, la fuerza y su identificación con la mano que lo hizo. Se destaca el arte esquemático de la provincia de Alicante. La síntesis, el símbolo, un logro de la inteligencia, en la creación del lenguaje se tiende a la simplificación que al mismo tiempo busca la mayor significación posible.

La tercera sala, con un diseño basado también en la geometría que nos ilustra la mirada más abstracta del científico, se centra en las pinturas de arte macro esquemático, halladas en estos primeros santuarios, ubicados en el Pla de Petracos. Dando protagonismo a los calcos de estas pinturas, realizados en el momento de su descubrimiento, para su documentación y estudio. Un trabajo de factura manual que transfiere al papel el dibujo pintado en la cueva, dibujos limpios de cualquier elemento accidental de la pared de la cueva, que impactan por su potencia, por su fuerza expresiva, por su síntesis e inventiva, con una presencia actual, como si pertenecieran a una expresión contemporánea.

Esta dimensión universal del arte está apoyada por la introducción de la obra de Miquel Barceló en la exposición, con un cuadro y un video de su trabajo inspirado en estas expresiones prehistóricas en la cueva. Así como otro vídeo sobre la creación de Picasso, en la que la síntesis, la línea geométrica adquieren el protagonismo.

No se pierdan esta exposición, fruto de un conocimiento que compete a todo ser humano: la expresión de nuestros orígenes en ese diálogo con el entorno natural.

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