Los lenguajes del arte están presentes en nuestra vida cotidiana y, a la inversa, la vida, en todos sus aspectos está presente en el arte, de una manera más globalizada que en ningún otro momento de la historia. Después de los desastres de las guerras de la primera mitad del XX, se rompió la legitimidad de los grandes discursos del humanismo occidental. Las culturas consideradas marginales cobran protagonismo y con ellas la diversidad de técnicas, de individuos y de las sociedades que los forman. El arte aglutina esta diversidad, constituyéndose como el mejor foro para el diálogo, para mirarse en el espejo, gracias a los nuevos medios de comunicación.
En las dos convocatorias de arte contemporáneo que podemos ver en el MUA: Encuentros de Arte Contemporáneo (EAC), Instituto Juan Gil Albert, XVIII edición, y Mulier Mulieris, UA, en su 12ª edición, con una selección a partir de más de un centenar de propuestas, venidas de toda España y de fuera, podemos apreciar la diversidad de técnicas, incluso de lenguajes, en las que domina el concepto sobre el proceso. Estas dos exposiciones buscan abarcar la diversidad que acontece en el momento presente, al ser el destino de las obras que surgen en las Escuelas de Bellas Artes, que son las que en primer lugar forman en la creación y recepción del arte contemporáneo. Pero estas convocatorias no tienen una proyección más allá de nuestras fronteras. Y a estas alturas, la pregunta sería cuál es la presencia del arte realizado en España en el ámbito internacional. Qué aportamos. La realidad es que no llegamos a formar parte activa de este debate, en los centros donde se analizan y promueven diferentes maneras de hacer arte. La mayoría de las propuestas que podemos ver en el MUA son actualizaciones más o menos literales del arte conceptual, de género? de los setenta, ochenta. Parece que estamos todavía en la fase imitación de un aprendizaje que no logra liberarse del referente para hacer su propia creación. El referente nos llega solo como imagen no como proceso, no hemos vivido el debate que la ha originado, por lo que nuestras obras adolecen de esa falta de conocimiento.
Podemos ver una búsqueda de la virtualidad del dibujo, pero también un afán ilustrativo que se extiende a la fotografía, la pintura, el vídeo, más que a lo performativo o abstracto. Una superación del arte conceptual, hasta ahora predominante, desde una mirada que incorpora registros de diferentes disciplinas: pintura, cómic, ilustración, diseño, fotografía?. Una vuelta, ¿al orden?, pero desde la habilidad, un arte mucho más conservador, cuyo objetivo es la reproducción del mensaje. Por lo que en una exposición de género como Mulier se repiten de manera casi sistemática los mismos motivos, sin apenas diferencias en las diferentes ediciones.
