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Apuesta por el humor

La nueva propuesta de José Siles, Kartápolis. La enfermera del San Simón, es una novela divertida y ágil que deja un poso de reflexión

José Siles. información

La nueva propuesta narrativa de José Siles, Kartápolis. La enfermera del San Simón, representa un paso más en una trayectoria literaria que se caracteriza por la coherencia de una voz propia, de un estilo. Se trata, sin duda, de una apuesta singular que hace que estemos ante una voz que resulta muy reconocible. No es muy habitual el cultivo del humor en la novela contemporánea española, y salvo honrosas excepciones, no hallamos muchos referentes ni practicantes del género humorístico y la apuesta de Siles va en esta dirección.

Desde luego, el recorrido narrativo (otro cantar es su obra poética) de José Siles (Cartagena, 1957) se guía por un vector director clarísimo: el retrato de una sociedad y de la realidad de un tiempo a través del recurso al que se ha hecho alusión en el párrafo anterior: el humor desde una vertiente que bebe del esperpento en su versión más profunda. Desde que José Siles obtuvo el premio Iruña Bake en 1992 por La última noche de Erik Bicarbonato, nos encontramos con una serie de hitos en el camino que ahondan en esta tendencia, con novelas de títulos siempre singulares.

En el caso de Kartápolis. la enfermera del San Simón, publicada por la Editorial Amarante, los ingredientes, siendo muy similares a sus obras anteriores, son cocinados de otro modo, poniendo el foco en un medio ambiente más cercano, una ciudad mediterránea que bien podríamos reconocer. En esta ciudad se dan una serie de acontecimientos, llevados al absurdo, al esperpento (pero dejando translucir que muchas veces la realidad que nos circunda es tan esperpéntica como pueda serlo en la imaginación o en una novela). Con el eje argumental del desarrollo de un importante partido de tenis, una serie de personajes que gravitan en torno a una institución psiquiátrica entran en acción para demostrar que las fronteras entre realidad y ficción son muy leves, que si para algo sirve una buena novela, una novela inteligentemente humorística es para acceder a la segunda realidad de las cosas y para que leamos entre líneas.

Eso lo consigue José Siles con una novela que se lee de un manera ágil, divertida, que se ha de leer con las claves precisas, y que está escrita con un estilo efectivo y que se adapta a una trama, a un argumento que constituye una de las principales bazas de la obra, junto al dibujo de unos personajes que, aunque puedan provocar en el lector una primera sensación de inverosimilitud, responden a una voluntad de su autor. Tras estos personajes y se esconden actitudes, comportamientos y modos de interacción social que no son precisamente inverosímiles. Por tanto estamos ante una novela que provocará en el lector diversas reacciones: la diversión propiciada por una trama y unos personajes muy particulares, pero también un poso de reflexión importante, de cuestionamiento de nuestro entorno.

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