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Arquitectura

La ciudad de Berlín: tras la vanguardia, la reacción

En los últimos cien años, Berlín se ha convertido en un centro de experimentación y de realizaciones arquitectónicas de vanguardia con logros afortunados

Reconstrucción del palacio imperial.

Cien años atrás Berlín era una ciudad muy dinámica. Lo es también en la actualidad. En aquellos momentos todas las contradicciones manifiestas en la república de Weimar se reproducían con exageración en la ciudad: fueron los espectáculos de cabaré, las exposiciones de los artistas expresionistas y aquellos vinculados a Dadá, también el auge en la innovación formal y didáctica de Bauhaus, nace en la ciudad de Weimar, su auge fue en Dessau y su liquidación política en Berlín, etc. Estaba presente la arquitectura prusiana de grandes dimensiones y fachadas grises, aunque en la década de los veinte también la experiencia de las siedlungen con la investigación de las viviendas de superficies mínimas.

El apocalipsis de la Segunda Guerra Mundial provocó la destrucción casi total del centro y buen número de los distritos contiguos (unos 60 o 70 millones de metros cúbicos de escombros fueron retirados de las ruinas). La posterior división administrativa y política con la partición real tras levantar el muro, provocaron que la reconstrucción iniciada durante los años cincuenta siguiera modelos urbanos diferentes en cada uno de los dos sectores.

Esta reconstrucción posbélica impulsó dos modelos de urbanismo: los principios elaborados por los CIAM aplicados en el año 1957 con motivo de la Exposición Internacional de Arquitectura, realizada sobre los terrenos del derruido barrio Hansa; y desde 1987 las actuaciones en distintas áreas con la posmodernidad del IBA, sin olvidar el tótem de la torre de comunicaciones en el Este como icono político de la sociedad igualitaria.

Tras la caída del muro con la reunificación y el traslado de las sedes de capitalidad federal, recuperando de nuevo la condición preeminente, Berlín se convirtió de nuevo en centro de experimentación arquitectónica con logros afortunados. En general la etapa coincidió con un periodo económico favorable facilitando inversiones económicas millonarias. La ciudad globalmente, en especial la reconstrucción de amplias zonas aún derruidas, mostró un dinamismo sin precedentes. Produjo el cambio y la transformación muy intensa con numerosos logros notables y algunos desaciertos: ordenación de volúmenes equilibrados en la Unter der Linden, mayor diversidad en Potsdamer Plaz y la recuperación historicista al recrear el antiguo eje barroco entre las plazas Parissier y Leipziger. Hay soluciones arquitectónicas muy arriesgadas y convincentes (a tener presente la sede de la embajada de Holanda obra de Rem Hoolhaas, la cúpula de vidrio transparente en el Reichstag proyectada por Norman Foster y la intervención encomiable de David Chipperfield en el Neus Musem, conservando todas las lecturas posibles del edificio).

Semanas atrás he pasado unos días en la ciudad. El antiguo palacio imperial fue edificado en la llamada Isla de los Museos, con mayor propiedad se corresponde con el ámbito palatino en la corte prusiana de los Guillermo que, no nos engañemos, levantaron una arquitectura de aspecto gris. Tras desmantelar las ruinas bélicas se levantó en los años de 1970 el palacio de la República, con arquitectura del estilo internacional y representativa de su época. Con el pretexto de la presencia de aluminosis en su estructura fue derribado y, en la actualidad, se reconstruye un revival neo historicista recreando los volúmenes revestidos con profusión de molduras. Esta reconstrucción del palacio apunta cambios de criterios arquitectónicos. ¿Le seguirá la reconstrucción de la Escuela de Arquitectura cuyo original proyectó Schinkel? Es cierto que la recuperación del simbolismo político se traduce en arquitectura que exprese la nueva situación, con el recurso al falso historicismo, cuando en el centro urbano está tomado por tropeles de visitantes ocasionales ansiosos de glamur.

Me temo están a un paso de solicitar a la Unesco la declaración como Patrimonio Mundial a la dudosa nueva reconstrucción con piezas de falso historicismo, en la pretensión de materializar en falso el antiguo centro histórico de la ciudad de Berlín. Al tiempo.

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