Treinta detenidos por una ciberestafa de más de un millón tras una denuncia en Sant Joan

La Guardia Civil acusa a los arrestados de suplantar las conversaciones entre proveedores de empresas y sus clientes y modificar los datos bancarios para estafar a más de cien víctimas de 18 países

Los investigados creaban páginas web falsas.

Los investigados creaban páginas web falsas. / INFORMACIÓN

La Guardia Civil ha detenido a 30 personas en diversas localidades de Andalucía, Cataluña, Madrid, Murcia y Toledo por una ciberestafa de más de un millón de euros descubierta a raíz de la denuncia de un constructor en Sant Joan d'Alacant. Las estafas, cometidas por el método de "Man in the middle", fraude del CEO o del BEC (Business E-mail Compromise) afectan a más de cien víctimas residentes en 18 países.

Dos de los cabecillas del grupo han sido detenidos en Getafe y Barcelona y la Guardia Civil ha identificado a otros 40 presuntos implicados en la ciberestafa, la mayoría residentes en España y el resto en Croacia, Hungría, Inglaterra, Marruecos, Nigeria, Pakistán y Rumanía. Los investigadores han comunicado sus identidades a las autoridades de dichos países y al juzgado de Instrucción número 4 de Alicante, donde se instruye la causa.

Hasta el momento han sido localizados más de 100 perjudicados en España, Alemania, Andorra, Bélgica, Bulgaria, Ecuador, Eslovenia, Finlandia, Holanda, Hungría, Irlanda, Italia, Lituania, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Checa y Rumanía. Estas víctimas han sido estafadas en más de un millón de euros, aunque la Guardia Civil cree que la organización pudo obtener unos beneficios de tres millones en un año.

La investigación se inició en mayo del pasado año tras recibirse en la Guardia Civil de Sant Joan d'Alacant la denuncia de una empresa de construcción a la que le habían estafado más de 10.000 euros empleando el método conocido como “Man in the middle”.

Traslado de una de las personas detenidas.

Traslado de una de las personas detenidas. / INFORMACIÓN

En este tipo de ciberataque, conocido también como fraude del CEO o del BEC (Business E-mail Compromise), los autores se cuelan en las conversaciones entre dos o más dispositivos, normalmente un proveedor y sus clientes. El estafador accede a las conversaciones entre ambos e intercepta las referidas a pagos, en las que suplantan la identidad, y haciéndose pasar por el proveedor, modifica la información logrando que la víctima realice las transferencias a un número de cuenta del delincuente.

De otro lado, haciéndose pasar por el cliente, negocia con el proveedor prórrogas para realizar los pagos, consiguiendo así ganar tiempo. Una vez que se logra que la víctima realice la transferencia, el estafador deja de intervenir en las conversaciones y, es entonces cuando se destapa que se trata de una estafa.

Páginas web falsas

Los agentes comprobaron que los mismos autores empleaban otras metodologías de ciberestafa: haciéndose pasar por empresas reales, anunciaban vehículos a motor, maquinaria agrícola y viviendas de alquiler vacacional. Para esto, crean páginas web falsas en las que ofertan uno de estos productos, que realmente no poseen, a un precio competitivo y bajo el nombre de una marca solvente, empleando incluso el CIF real de la empresa a la que suplantan, pero aportando como contacto un email creado por los estafadores.

Captada la atención de los interesados en adquirir alguno de los productos, inician una conversación por correo electrónico en la que solicitan a la víctima, entre otras cosas, una copia de su documento de identidad que posteriormente emplean para contratar productos financieros (alta de cuentas bancarias o préstamos) utilizando una identidad usurpada. La cantidad estafada en estos casos es la reclamada en concepto de reserva del vehículo, la máquina o la vivienda.

Falsas ofertas de empleo

Otra forma de hacerse con datos de personas a las que usurpan la identidad es mediante falsas ofertas de empleo que difunden de forma masiva. Cuando un perjudicado pica, le solicitan la documentación y datos personales con la excusa de dar de alta el contrato, pero que realmente son utilizados para llevar a cabo la actividad criminal.

Para transferir el dinero procedente de las estafas, la organización contaba con una red de mulas a las que abonaba comisiones que iban desde los 50 hasta los 1.500 euros. Una vez que este dinero estaba en poder de las cuentas de los criminales, lo sacaban en cajeros automáticos, lo invertían en monedas virtuales o lo transferían a cuentas de la República de Malta y la República de Lituania. La Guardia Civil continúa estudiando el rastro de estas transferencias.

La explotación de la operación se ha llevado a cabo en dos fases. La primera en el mes de diciembre de 2023, en la que se detuvo a cinco personas en las localidades de Getafe (Madrid), Talavera de la Reina (Toledo), Moratalla (Murcia) y Pegalajar (Jaén). Durante la segunda fase, que finalizó el pasado 12 de marzo, se ha detenido a otras 25 personas en Lloret de Mar (Girona) y Barcelona.

En total, han sido detenidos 19 hombres y 11 mujeres, de entre 19 y los 56 años, a los que se les imputan los delitos de estafa tecnológica, usurpación de identidad, falsificación de documentos, descubrimiento y revelación de secretos, blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal.

Los investigadores han intervenido 153 cuentas bancarias y han logrado recuperar 114.366 euros, procedentes de las estafas cometidas por el grupo.

La operación ha sido desarrollada por el Puesto Principal de la Guardia Civil de Sant Joan d’Alacant, que ha contado con la colaboración de la Fiscalía de Criminalidad Informática de Alicante, Europol y las policías de 22 países.