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La Guardia Civil destapa en Torrevieja una estafa piramidal de 10 millones

En la operación han sido detenidas ocho personas, entre ellas el presunto cabecilla de la trama, y otras siete han declarado en calidad de investigadas

La Guardia Civil registra con perros las oficinas de una de las mercantiles del entramado. información

Captaban inversores bajo la promesa pagar intereses mensuales que podía ser hasta del treinta por ciento, pero el dinero que se abonaba era el de los nuevos clientes. La Guardia Civil ha desmantelado en Torrevieja un chiringuito financiero a cuyos responsables se les acusa de haber estafado cerca de diez millones de euros a un total de 250 afectados. En la operación, bautizada como Torself, se ha detenido a ocho personas y se ha imputado a otras siete por supuestos delitos de pertenencia a organización criminal, blanqueo de capitales, estafa, falsedad documental y delito contra la hacienda pública. La investigación continúa abierta por lo que no se descarta que pueda haber más perjudicados.

Los agentes han practicado siete registros en Torrevieja, Callosa de Segura y Redován, así como en Murcia y en la localidad de Sucina. En ellos se han intervenido 192.525 euros, de los cuales 50.000 estaban escondidos en un carrito de bebe en la casa del presunto cabecilla, 34.6000 francos suizos, cuatro coches de alta gama, numerosa documentación, máquinas de contar billetes y se han bloqueado 43 cuentas bancarias (18 de ellas de valores) con 232.023 euros.

El Equipo e Delitos Económicos de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Alicante llevaba más de un año investigando a este grupo tras recibir una denuncia de una entidad bancaria de Madrid que alertaba de que estaban usando su nombre como reclamo para captar nuevos inversores. El grupo estaba formado por un complejo entramado empresarial para la que trabajaban hasta veinte miembros. En algunas de las cuentas de la organización se habían detectado transferencias de hasta 1,5 millones de euros, lo que hacía sospechar que podría haber un caso de blanqueo de capitales.

El presunto cabecilla de este entramado, que ha estado defendido por el abogado Francisco Galiana Botella, tenía la función principal de invertir en bolsa con el dinero aportado por terceras personas a sus empresas. El resto se encargaban de la captación de nuevos inversores entre sus conocidos y allegados, a cambio de un beneficio de entre el 3 y el 5% del capital.

Como anzuelo para el inversor se ofertaban unos tipos de interés muy altos, por encima del valor del mercado , y que oscilaban entre el quince y el treinta por ciento al mes. Los primeros meses de la inversión los clientes cobraban puntualmente los intereses prometidos. para dar apariencia de seriedad y de normalidad Pero conforme pasaba el tiempo, y ya tenían al cliente «enganchado» con cantidades importantes dejaban de pagar.

Testaferros sin estudios

A fin de evitar las denuncias, la organización proponía renegociar la devolución de hasta un 10% del capital invertido, cantidad que a veces los inversores aceptaban a la desesperada, ante el temor de perderlo todo. Mediante esta técnica, lograron apropiarse de cerca de diez millones de euros y hay cerca de 250 perjudicados. Al frente de las mercantiles llegaron a colocar a testaferros sin estudios que no sabían ni leer ni escribir.

La Guardia Civil estima que la organización también ha podido blanquear cerca de cinco millones de euros . Para ello, consensuaban acuerdos con inversores que no querían aparecer en los contratos, con otros cuyas inversiones las efectuaban terceros en su nombre, o incluso otros que entregaban efectivo, para la compraventa de vehículos o inmuebles. En los peores casos, se observaron nexos con otras organizaciones delictivas, a las que servían de puente para blanquear el dinero de otros delitos.

Según la Guardia Civil, el cabecilla del grupo gozaba de tal poder de persuasión, que incluso logró que inversores estafados pidieran préstamos para invertir más dinero. A ellos, se les aseguraba que invirtiendo más, la recuperación del capital inicial sería más rápida. Algunos han acabado totalmente endeudados, como es el caso de una señora que efectuó hasta quince contratos, entre renovaciones y nuevas inversiones, por un millón de euros.

Debido a las cantidades de dinero en efectivo que movía la organización, este dirigente contaba con férreas medidas de seguridad en su vivienda y se rodeó de guardaespaldas para su protección.

Otros miembros del entramado fueron en su día inversores, pero, ante la imposibilidad de retirar su dinero, decidieron dedicarse a captar nuevas víctimas para recibir comisiones y recuperar algo de lo invertido. También alardeaban de que eran una mercantil tan solvente y exitosa, que invitaba a los clientes a visitar sus «lujosas» oficinas en una urbanización de Torrevieja; unas oficinas poco convencionales, si se tiene en cuenta que sólo abrían «a su público».

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