Bebidas alcohólicas robadas a la carta. Así actuaba un grupo de cinco jóvenes de entre 23 y 25 años que han sido detenidos en Alicante por la Policía Nacional bajo la acusación de robar al descuido botellas de alcohol por valor de más de 3.000 euros en supermercados de diferentes municipios de la provincia.

Los arrestos han sido realizados por agentes del Grupo de Investigación de la Comisaría Norte de Alicante tras estudiar varias denuncias presentadas por una conocida cadena de supermercados.

La Policía Nacional asegura que la mayoría de las sustracciones cometidas por el grupo se llevaron a cabo por encargo de personas que iban a celebrar fiestas en casas o locales particulares.

El análisis de las grabaciones de las cámaras de seguridad de los supermercados donde se cometieron los hurtos revelaron que se trataba de varias personas jóvenes que actuaban de forma coordinada y estaban robando gran cantidad de bebidas alcohólicas y algún otro producto.

El «modus operandi» era siempre el mismo en los supermercados donde actuaron en Alicante, Orihuela, Benidorm, Finestrat, San Vicente del Raspeig, La Vila Joiosa y Sant Joan d'Alacant. Entraban uno tras otro en los establecimientos pero de forma separada y con un escaso margen de unos segundos de diferencia.

Cada implicado cogía un carro del supermercado y dentro depositaban mochilas vacías que luego usaban para ocultar la mercancía sustraída.

El paso siguiente era dirigirse a la sección de bebidas alcohólicas, donde cargaban los carros con numerosas botellas y a continuación comenzaban a deambular por los pasillos del establecimiento para buscar zonas con ángulos muertos de las cámaras de seguridad o lugares donde no eran observados mientras metían las botellas en las mochilas.

Mochilas cargadas

Cuando tenían las mochilas cargadas las ocultaban en el carro con productos voluminosos como paquetes de botellas de agua o similares y se acercaban de nuevo a la entrada al supermercado. Una vez allí dejaban los carros y usaban la salida sin compra para marcharse con las mochilas o bien saltaban las barreras de la línea de cajas que estuviera cerrada.

Los ladrones en ocasiones anulaban el sistema de seguridad de las botellas para que no sonara la alarma al salir, pero cuando no podían huían a la carrera del supermercado.

Asimismo, también llegaron a enfrentarse de forma violenta a los empleados para lograr huir con el alcohol.