Un juzgado de lo Penal ha condenado a dos años de cárcel a un fotógrafo aficionado de Alicante por abusos sexuales al hijo de un amigo, según confirmaron ayer a este diario fuentes cercanas al caso. Una pena que está muy por debajo de los cerca de cincuenta años de prisión que le reclamaba la Fiscalía, ya que solo ha sido condenado por uno de los cuatro casos por los que fue sentado en el banquillo. El fiscal le acusaba de abusar de uno de los menores, de haber pagado a otro a cambio de relaciones y de haber elaborado material pornográfico con las fotos de otros dos. En la sentencia solo se ha considerado probado el primero de estos cuatro casos, mientras que en los otros tres se ha dictado la absolución.

El juez le condena por un delito continuado de abuso de menores al entender que, aunque se trataron de relaciones consentidas, el acusado se prevalió de la relación de amistad que tenía con la familia del menor, que cuando ocurrieron los hechos tenía 17 años de edad. La víctima era hijo de un compañero de trabajo y lo conocía desde que tenía cinco años. La Fiscalía valoraba que el menor tenía hacia el acusado un sentimiento de agradecimiento, amistad, admiración y respeto, hasta el punto de considerarle como un segundo padre, motivo por el que se cree probado que hubo prevalimiento.

Las denuncias de los cuatro casos se presentaron en la Comisaría de Alicante en 2017, varios años después de los hechos y cuando las víctimas ya eran mayores de edad. Concretamente, el primero de los denunciantes contaba con 22 años. Todos ellos eran personas de su entorno cercano, concretamente dos eran hijos de amigos. El fiscal le acusa de ganarse su confianza haciéndoles fotos y regalos para después intentar tener relaciones con ellos.

En el primero de los casos y único por el que se le ha condenado, el fiscal le acusaba de haberle masturbado los días en los que el joven acudía a su casa durante el año 2012, algo que pudo ocurrir entre diez y veinte ocasiones. La Fiscalía ya deslizó en sus conclusiones finales que, en lugar de diez delitos de abuso sexual por los que le acusaba, podría ser de un único delito cometido de manera continuada, criterio adoptado por el magistrado a la hora de dictar sentencia.

El fallo no contempla indemnización para el menor, debido a que éste renunció expresamente a ella durante el juicio.

Sin pruebas de prostitución

El segundo de los denunciantes era otro joven que tenía 17 años cuando ocurrieron los hechos y que hizo prácticas en el lugar de trabajo del acusado. La Fiscalía le acusaba de haber quedado con el joven en varias ocasiones para mantener relaciones sexuales a cambio de dinero en un hotel de las cercanías. El fallo no ha considerado probado este extremo, al considerar que existen versiones contradictorias por las que no se había podido concretar si existió un concierto previo entre los dos acordando precio para mantener esas relaciones. Ante la falta de pruebas, el magistrado le absuelve de este delito. La Fiscalía también le acusaba de ocho delitos de prostitución de menores y también deslizó en el juicio que podría tratarse de un mismo delito cometido de manera continuada. Sin embargo, el magistrado ha fallado que no hay pruebas de que el delito se cometiera.

Los otros dos casos eran menores a los que había hecho fotografías en ropa interior. Uno de los jóvenes tenía 15 años cuando ocurrieron los hechos y vivía en la misma urbanización que el acusado. Cuando el padre descubrió las conversaciones que el acusado tenía con su hijo, se cortó de raíz la relación y éste tuvo que marcharse a vivir a otro lugar. Al segundo, que contaba con 16 años, lo conoció haciendo parkour en Alicante. Al primero lo fotografió vestido de futbolista y al segundo en poses sexy. El fiscal le acusaba de un delito de elaboración de pornografía infantil, pero el magistrado ha descartado que las fotos intervenidas tuvieran carácter pornográfico.

El procesado aseguró durante el juixio que tiene publicados varios libros de fotografías y que con su trabajo había ayudado a varios jóvenes en su carrera como modelos. En este sentido, negó que hubiera hecho fotos de carácter pornográfico a los menores, sino que se trataba de fotos artísticas y aportó uno de sus libros como muestra de su trabajo.

El fallo no es firme. La defensa tiene previsto apelar el fallo a la Audiencia para negar la existencia de los abusos que se imputan al acusado.