Dos mujeres protagonizaron el pasado domingo un altercado en Urgencias del Centro de Salud de Callosa de Segura y acabaron agrediendo a una médico y amenazando de muerte a un celador. Y todo ello porque otra facultativa que atendió a una de ellas como paciente le dijo que no podía darle la baja y que debía acudir a su médico de cabecera. La Guardia Civil localizó a las implicadas y les tomó declaración en calidad de investigadas por un delito de atentado a una de las dos médicos que estaban en el Centro de Salud.

El delegado del Sindicato Médico (SM) en Orihuela, José Manuel Peris, denunció a este diario que este nuevo caso de agresión pone en evidencia la situación de indefensión en que se encuentran los médicos, de ahí que reivindique «medidas de seguridad en los centros de salud para los profesionales que nos dejamos la piel trabajando por y para los demás».

Según el médico representante del SM en Orihuela, la Conselleria de Sanidad «nos tiene olvidados» y recuerda que hay «otras administraciones que tienen seguridad en todos lados, como cámaras vigilancia y vigilantes».

Peris espera que la Conselleria de Sanidad se persone en la causa como acusación e indicó que se han presentado dos partes de lesiones, uno de la médica agredida y otro de la compañera que sufrió una crisis de ansiedad.

Los hechos sucedieron poco antes de la medianoche del pasado domingo en el Centro de Salud de Callosa de Segura. Dos mujeres se presentaron en Urgencias para que una de ellas fuera atendida al encontrarse mareada.

La joven fue atendida por una médico que le prescribió un tratamiento. Sin embargo, la paciente exigió que un certificado para no acudir a trabajar al día siguiente. La facultativa le explicó que ella no podía darle la baja, sino que debía acudir a su médico de cabecera, según explicaron fuentes cercanas al caso.

En ese momento la paciente comenzó a dar patadas y golpes en el mobiliario del Centro de Salud, por lo que acudió un celador para llamarles la atención. El celador recibió un golpe por la espalda al tiempo que le amenazaban de muerte y le decían que tuviera cuidado porque «somos mujeres y extranjeras y te vamos a denunciar».

El resto del personal sanitario salió a causa del altercado. Una médico compañera de la que asistió a la paciente sacó su teléfono móvil y después de recriminarle por si estaba grabando lo ocurrido la mujer le dio un guantazo que provocó que cayeran al suelo sus gafas y el terminal.

Al final lograron sacar del centro a las dos mujeres y poco después llegó la Policía Local de Callosa primero y posteriormente la Guardia Civil. Las mujeres se marcharon pero fueron localizadas al día siguiente y acusadas formalmente de la agresión.