El exmarine detenido por el asesinato de su compañera sentimental, Alina Mocanu, en Moraira relató a los investigadores del grupo de Homicidios de la Guardia Civil de Alicante que el crimen machista se produjo en la noche del sábado y no en la del domingo, como parecía en un primer momento.

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El presunto asesino, de 59 años y que llevaba dos de relación con su víctima, confesó a los investigadores que ambos habían salido a cenar en la noche del sábado, en Moraira. Luego, tomaron una copa y ahí comenzó una discusión, al parecer iniciada porque Alina le anunció la separación definitiva, que continuó, según ha alegado el acusado, Arthur K., en el interior de la inmobiliaria, adonde fueron a petición de él. Y fue allí donde la atacó con el cuchillo y acabó degollándola pese a la feroz lucha de la víctima.

Después, tuvo la sangre fría de dejar durante 24 horas el cuerpo en la inmobiliaria. En ese tiempo, se hizo con un edredón nórdico y cuerdas, empaquetó el cadáver y, ya en la madrugada del lunes, a salvo de las miradas de los vecinos, lo sacó, lo introdujo en su coche y se lo llevó.

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Registran la inmobiliaria del acusado de matar a su mujer en Moraira

Condujo 2,5 kilómetros, desde su negocio, en el número 2 de la avenida de Madrid de Moraira, hasta la urbanización El Tesoro, a las afueras del municipio y que conocía bien porque tenía varias villas a la venta en esa zona. Allí arrojó, con absoluta falta de humanidad, el cadáver al interior de uno de los contenedores soterrados que conforman la isla de recogida de residuos de ese núcleo urbano, ubicada a la altura del número 86 de la calle Móstoles. Eligió el de basura orgánica en el convencimiento de que acabaría en un vertedero sin que nadie se diese cuenta de su presencia. Por fortuna, se equivocó: los operarios hallaron el cuerpo al abrir la ancha boca superior para meter varias bolsas que un vecino había dejado en el suelo.

Antes de eso, ya había limpiado su despacho, donde confiesa haber cometido el crimen machista, el primero de este año en la Comunitat Valenciana. Así a la vuelta de su macabra excursión nocturna se limitó a acostarse.

Un registro de dos horas

Ese es, en esencia, el relato que el asesino confeso realizó ante los investigadores en la tarde del martes, durante las cuatro horas de interrogatorio ante los agentes de Homicidios en el cuartel de Moraira, en el que se había entregado entre lloros a las 12.30 horas de ese día, tras contarle a un amigo lo ocurrido y sugerirle este que acudiese a la policía.

Y ese es el relato que los investigadores comprobaron ayer por la mañana in situ. Nada más saber cuál era el escenario del crimen, pidieron a sus compañeros del acuartelamiento de Moraira que protegiesen la inmobiliaria para evitar que alguien destruyese, modificase o borrase las pruebas incriminatorias. Así, un coche patrulla permaneció toda la noche, desde las ocho de la tarde del martes hasta ayer, aparcado frente al establecimiento, que además fue precintado.

Pasadas las once de la mañana de ayer, llegaron los investigadores a bordo de varios vehículos camuflados y con el detenido esposado y tapado con la capucha de la sudadera que vestía, para comenzar el registro de la inmobiliaria, que se prolongó por espacio de casi dos horas.

Gritos de «murder»

Durante ese tiempo, los agentes del laboratorio de Criminalística de la Comandancia alicantina, acompañados de los de Homicidios, realizaron una minuciosa inspección ocular de la inmobiliaria y tomaron muestras en varios puntos en busca de ADN de la víctima y del autor.

El registro finalizó sobre la una y media de la tarde, y el detenido fue escoltado de nuevo hasta el coche policial que lo habia traído dos horas antes desde Alicante. Arthur K. fue recibido a la salida al grito de «murder, murder» (asesino, en inglés) por un nutrido grupo de vecinos y de curiosos congregados en la acera de enfrente, atraídos por el despliegue policial y de periodistas.

Una vez finalizada la diligencia, el asesino confeso fue trasladado de nuevo a una celda de la Comandancia de Alicante, adonde ya había sido conducido la noche antes desde Moraira, ya que el cuartel de este municipio de la Marina Alta carece de calabozos.

Según las fuentes consultadas, Arthur K. estuvo colaborador y poco afectado durante el registro del escenario del crimen. El presunto asesino machista será entregado el próximo viernes a la juez de Violencia sobre la Mujer número 1 de Dénia, la misma que lo procesó en julio tras la denuncia de un vecino.