Un preso de unos 44 años originario de las Antillas holandesas que fue investigado el pasado año por la Policía de Holanda por su presunta vinculación con tres asesinatos en dicho país -no como autor material- apareció muerto ayer en su celda de la prisión de Fontcalent. Fuentes penitenciarias indicaron que todos los indicios apuntan a que el fallecimiento se produjo por causas naturales, aunque será la autopsia la que determine la causa exacta.

La muerte se descubrió a primera hora de la mañana y el cuerpo del interno estaba en su cama sin presentar signos de violencia. El fallecido dormía solo en una celda. Este recluso fue condenado recientemente por la Audiencia de Alicante tras ser detenido por la Guardia Civil en Mutxamel como presunto cabecilla de una red de narcos considerada como la «startup» alicantina de la marihuana.