La Policía Nacional ha desarticulado una activa organización criminal implicada en el robo de más de 80 vehículos en los últimos meses en la provincia de Alicante y en Girona para enviarlos luego a países del norte de África. La investigación realizada por el Grupo de Crimen Organizado de la Policía de Alicante, realizada en colaboración con la Policía francesa, se ha saldado con la detención de 9 personas en Francia y 11 en Alicante, cuatro de las cuales han ingresado en prisión.

Entre los arrestados en la provincia de Alicante se encuentran dos personas que tenían una «estrecha relación» con una estación de Inspección Técnica de Vehículos (ITV) de la Vega Baja. Según la Policía, colaboraban con la red dando el visto bueno a vehículos que habían sido sustraídos en Francia y matriculados en España para enviarlos luego a diferentes ciudades del Magreb.

La Policía ha realizado cinco registros domiciliarios en Alicante y uno en Girona, donde ha intervenido material especializado para la sustracción de coches.

La red estaba estructurada y jerarquizada. Contaba con especialista y cada miembro tenía su función. Así, contaban con unas personas que se encargaban de robar coches y furgonetas, mecánicos, conductores y gestores administrativos cuyo trabajo era regularizar los vehículos en Tráfico.

Los cabecillas de la red, cuyos miembros eran ciudadanos de origen árabe con nacionalidad francesa y argelina, residían en Alicante y Figueras (Girona).

Medios electrónicos

El «modus operandi» empleado en los robos era romper una de las ventanillas y manipular con medios electrónicos sus sistemas de bloqueo y arranque. No obstante, también empleaban la violencia, como en una ocasión en la que fueron descubiertos y cometieron el robo a punta de pistola.

El vehículo robado lo trasladaban a un lugares poco frecuentados donde lo aparcaban durante tiempo prudencial mientras la organización preparaban el lugar en el que llevarían a cabo la falsificación de la documentación y de sus elementos identificativos.

La Policía afirma que además contaban con informadores que tenían acceso a las bases de datos de tráfico españolas y francesas, y con expertos en la manipulación y falsificación de bastidores y documentos oficiales.

Cuando ya estaba el vehículo preparado para su «exportación», la red movilizaba a conductores que se encargaban del embarque directo -o en contenedores- de los vehículos para su traslado a ciudades del norte de África en ferrys que salen de los puertos de Alicante y Valencia, así como los de Marsella y Lyon, en Francia.

Los vehículos robados en España eran enviados a Francia para su almacenamiento y falsificación antes de enviarlos a África. Por contra, los sustraídos en Francia hacían el camino inverso, siendo enviados a España para ser remitidos a África.

Uno de los cabecillas de la organización regentaba un negocio de compra-venta y alquiler de vehículos en Alicante que usaba la red como empresa pantalla para blanqueaba las ganancias.

En los registros se intervinieron centralitas OBD, troqueles, placas de matrícula, bastidores, ordenadores, dinero y material electrónico, entre otros efectos.

La Policía vincula a la red con más de 80 robos, 48 de los cuales han quedado totalmente esclarecidos y se han recuperado 12 de estos vehículos.