Once personas de entre 36 y 48 años han sido detenidas en Alicante y nueve más en Francia al desarticular una organización especializada en la sustracción de vehículos y a la que se le atribuyen 80 robos entre las provincias alicantina y Girona para su posterior envío a África.

Según la Policía Nacional, los miembros estaban altamente especializados y actuaban de forma estructurada y jerarquizada, de manera que había personas encargadas de robar los coches, mecánicos, conductores y gestores administrativos encargados de su regularización.

Los agentes han efectuado seis registros -cinco en Alicante y uno en Girona- donde se ha intervenido una gran cantidad de material especializado y se ha descubierto que los cabecillas residían en la ciudad de Alicante y en Figueres (Girona).

Los detenidos son de nacionalidad francesa, argelina y española, y se les acusa de los supuestos delitos de robo con fuerza, falsificación de documentos, blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal, y tras pasar a disposición judicial cuatro de ellos han ingresado en prisión provisional.

No dudaban en usar la fuerza

El modus operandi consistía en fracturar una de las ventanillas y manipular sus sistemas de bloqueo y arranque utilizando medios electrónicos para lo cual contaban con verdaderos especialistas y con equipamiento informático muy avanzado.

Aun con todo, no dudaban en usar la violencia en caso de ser descubiertos, llegando a robar en una ocasión a punta de pistola.

Tras el robo, el vehículo era trasladado a lugares poco frecuentados donde lo aparcaban durante un periodo de tiempo prudencial (el suficiente para no ser detectado) mientras otros miembros de la red preparaban el lugar en el que llevarían a cabo la falsificación de la documentación y de sus elementos identificativos.

En esta fase, además, contaban con informadores que tenían acceso a las bases de datos de tráfico españolas y francesas, y con expertos en la manipulación y falsificación de bastidores y documentos oficiales.

Realizadas las falsificaciones, la organización disponía de conductores que se encargaban del embarque directo -o mediante contenedores- de los vehículos en barcos para su traslado a ciudades del norte de África. Para ello utilizaban los puertos de Alicante y Valéncia, así como los franceses de Marsella y Lyon, y el sistema mediante el cual los embarcaban era inverso al país en el que se cometían los golpes.

De esta forma, los sustraídos en España eran enviados a Francia para su almacenamiento y falsificación y trasladados a África a través de Lyon y Marsella y los robados en el país galo llegaban a la Comunidad Valenciana para hacerlos llegar a Argelia.

Uno de los cabecillas de la organización regentaba un negocio de compra-venta y alquiler de vehículos en la ciudad de Alicante, el cual utilizaba como empresa pantalla y le daba apariencia de legalidad para blanquear las ganancias.

En España, la Policía ha efectuado seis registros domiciliarios -cinco en Alicante y uno en Girona- además de varios más en empresas de reparación y venta de automóviles.

En ellos incautaron numerosas herramientas y documentación, tales como centralitas OBD's (una de ellas oculta en el interior de la estructura de un armario), troqueles, placas de matrícula, bastidores, ordenadores y material electrónico para la manipulación de coches sustraídos.

De los 80 robos que se les atribuyen, 48 han quedado totalmente esclarecidos con la investigación, y se han recuperando 12 de estos coches, que han sido devueltos a sus dueños.

En la última fase de la investigación, desarrollada la semana pasada en Alicante, se arrestó a dos personas que tenían una estrecha relación con una estación de ITV.