Una mujer de 35 años vecina de Fabero (León), V.G.G., acusada de fingir su secuestro y simular haber sido víctima de una agresión sexual, para lo que se echó pegamento en la vagina y acusó después a su expareja, I.R.G., aseguró que "no hubo nada planificado" porque solo pensaba en "suicidarse".

Durante el juicio que se celebra en la sección segunda de la Audiencia Provincial de León, V.G.G. ha explicado que el día de los hechos, el 17 de octubre de 2016, subió a la buhardilla de su casa a "hacer lo que tenía que hacer: quitarme de en medio". "Hiciera lo que hiciera mi hijo estaba en peligro", ha confesado para, a renglón seguido, precisar que su amigo F.V.A., acusado como cooperador necesario, se ofreció a llevarle a Bembibre esa noche -al cerrar el bar de su propiedad- y dejarle en la estación de tren.

"Él sabía lo que había, sabía mis intenciones, que me iba a las vías (a tirarse)" -el cooperador necesario-, ha indicado en el marco de un relato en el que, según ha apostillado, le ayudó a atar sus manos con una cinta adhesiva. Ha aclarado que no le echó pegamento en la vagina. "Lo del pegamento se lo inventó" su primera abogada "ante los medios de comunicación", ha dicho.

La mujer afronta 11 años de prisión pues su expareja estuvo en prisión provisional por estos hechos. Ella asegura que declaró por "presiones" de la Guardia Civil.

Así explicaba la acusada la falsa agresión ante las cámaras

Así explicaba la falsa agresión la enjuicida por acusar a su pareja de ponerle pegamento en la vagina

Así explicaba la falsa agresión la enjuicida por acusar a su pareja de ponerle pegamento en la vagina

El exnovio lo atribuye a "una venganza" por haberla dejado

El exnovio de la mujer acusada de fingir su secuestro y malos tratos ha atribuido la denuncia de ésta a "una venganza" tras haber roto la relación sentimental y ha asegurado incluso que su acusadora llegó a amenazarle con arruinarle la vida si la dejaba plantada.

El hombre, que estuvo en prisión provisional 317 días por las reiteradas denuncias presentadas por la acusada, fue ayer el protagonista de un juicio que arrancó este lunes en la Audiencia de León con la comparecencia de la acusada, Vanesa G.G.

El declarante ha lamentado que sus hijas ya no quieren saber nada de él "porque tienen miedo" y ha relatado que se ha visto obligado a cambiarse de domicilio "tras recibir amenazas por redes sociales" y críticas de sus vecinos.

Así, se ha quejado de tener que soportar calificativos --su pareja denunció que le había pegado la vagina con pegamento-- después de que su imagen apareciese en los medios de comunicación "sin pixelar" y con el nombre y apellidos, sin respetar en ningún momento la presunción de inocencia.

El primer día del juicio, la encausada culpó al Juzgado de Ponferrada de haberla "obligado a declarar" y volvió a asegurar que todo "fue real", aunque seguidamente precisó que el secuestro había ocurrido "un año y pico antes".

Su testimonio pone en duda la denuncia presentada el 17 de octubre de 2016 contra su expareja, a quien acusó de secuestrarla en Fabero para luego trasladarla a Bembibre.

El otro acusado de colaborar con Vanesa, Fernando, se ha desmarcado de los hechos y ha explicado que llevó a la acusada de Fabero a Bembibre "por petición de ella para ver a una amiga".

También ha participado en esta sesión la farmacéutica de Bembibre, que fue la primera persona que vio y habló con la acusada y que ha reconocido que apareció "a las 4:00 horas con aspecto sucio y con restos de alguna cinta adhesiva en las manos".