La Policía Nacional ha desarticulado una lucrativa de red de inmigración ilegal que el pasado año introdujo en la península a más de 900 inmigrantes trasladados en lanchas rápidas desde Argelia y Marruecos y obtuvo unos beneficios superiores al millón y medio de euros. En la operación han sido detenidas 26 personas, seis de ellas en Alicante, 18 en Almería y dos en Zaragoza.

Según informó ayer la Dirección General de la Policía, la organización desmantelada se dedicaba presuntamente a introducir en España a inmigrantes irregulares que eran trasladados en embarcaciones rápidas que zarpaban desde las costas de Orán (Argelia) y Tánger (Marruecos) y les dejaban en playas de las provincias de Almería y Cádiez.

La red estaba asentada en Argelia, Almería y Alicante. La Policía estima que solo el pasado año habría introducido de forma ilegal en España a más de 900 inmigrantes. Cada uno de ellos pagó entre 2.000 y 2.500 euros, lo que generó a la organización un beneficio superior a los 1,5 millones de euros.

La investigación de la Policía Nacional ha contado con la participación de Europol y se han realizado 26 detenciones en diferentes fases. Además de los arrestos la Policía ha realizado cinco registros domiciliarios en Almería y uno en Alicante, inspecciones en las que se han intervenido unos 20.000 euros en efectivo, 17 vehículos, teléfonos móviles y documentación.

Según la Policía Nacional, los implicados que operaban desde Alicante y Almería trabajaban de forma coordinada con los miembros de la organización asentados en las costas africanas. Así, antes de que zarparan las lanchas eran informados previamente de los lugares y horas aproximadas de llegada, así como del número de inmigrantes transportados en cada travesía.

La mayoría de los inmigrantes introducidos por la red eran de origen argelino, ya que la ruta marítima que usaban normalmente era la que unía las costas de Orán con las de Almería. Gracias a las embarcaciones con potentes motores cruzaban el mar de Alborán en apenas tres horas y al llegar a la península contaban con puntos de seguro de atraque para desembarcar a los inmigrantes.

En ocasiones, la red de inmigración explotaba la ruta entre Tánger y Algeciras para trasladar a ciudadanos marroquíes.

Flota de vehículos

La Policía afirma que la trama contaba con una importante flota de vehículos para trasladar a los inmigrantes tras desembarcar en España. Así, una vez en tierra, los inmigrantes eran conducidos en coches a diferentes zonas del país donde contaban con familiares o amigos, especialmente municipios de las provincias de Almería, Alicante, Murcia, Tarragona y Lleida.

Igualmente, había inmigrantes que cogían autobuses para salir de España y viajar a otros países de la Unión Europea.

El precio de entre 2.000 y 2.500 que pagaban por la travesía marítima se incrementaba en 500 euros más si se incluía el mencionado transporte por carretera dentro de la península.

Los miembros del entramado no dudaban en abandonar en mitad de una autopista a los inmigrantes que no tenían esos 500 euros y en ocasiones les retenían en viviendas de la organización hasta que sus familiares se hacían cargo de la deuda.