El cuestionario elaborado por la magistrada Cristina Costa obligará al jurado a pronunciarse de manera individualizada sobre la presunta participación en el crimen del alcalde de Polop de cada uno de los siete acusados. Un total de 39 preguntas en las que el tribunal popular va a tener que contestar si los hechos han quedado probados y si los encausados son o no culpables de la muerte de Alejandro Ponsoda.

En el objeto del veredicto que se entregó ayer las dos primeras preguntas no van a suscitar controversia alguna, ya que son hechos que ninguna de las partes ha cuestionado: primero, si dispararon a Alejandro Ponsoda con ánimo de acabar con su vida y sin que pudiera defenderse cuando regresaba a su casa en la pedanía polopina de Xirles la noche de 19 de octubre de 2007; y, segundo, si uno de esos disparos le alcanzó en la cabeza causándole lesiones que desembocaron en una infección respiratoria por la que murió una semana después, el 27 de octubre, en el Hospital General de Alicante.

Más controvertida es la tercera cuestión y cuya respuesta va a determinar qué es lo que contesta el jurado a las restantes: si Juan Cano realizó contactos en el club Mesalina de Finestrat durante el verano de 2007 para encargar el asesinato del alcalde de Polop para ocupar su puesto. El mismo interrogante se plantea para el resto de los acusados de ser los autores intelectuales del crimen: el empresario de Polop Salvador Ros, así como uno de los propietarios y el gerente del prostíbulo, Pedro Hermosilla y Ariel Gatto, respectivamente.

Reuniones en un club

En el caso de que el jurado vea este extremo probado, tendrá que contestar si concretamente se ofrecieron 35.000 euros al testigo protegido para que cometiera el crimen y si éste lo rechazó. Una pregunta que tendrán que responder individualmente para cada uno de estos cuatro acusados de ser los autores intelectuales del crimen.

A continuación, deberán pronunciarse sobre si ofrecieron 50.000 euros al español Raúl Montero y a los checos Radim Rakowski y Robert Franek por la muerte a tiros del alcalde de Polop. En el veredicto deberán pronunciarse también por separado sobre si fueron estos tres los autores de los disparos que, con dos armas diferentes, acabaron con la vida de Ponsoda. Una se introdujo por el hueco de la ventanilla del conductor y la otra a cierta distancia. A continuación, los tiradores huyeron rápidamente del lugar y se deshicieron de las pistolas que no han sido recuperadas.

También deberá pronunciarse el jurado sobre si los tres acusados de haber perpetrado el crimen carecen de licencia de armas. Este hecho supondría imputarles otro delito por la tenencia ilícita de las pistolas, en el caso de que fueran declarados culpables del asesinato.

Finalmente el tribunal popular se tendrá que pronunciar individualmente sobre la culpabilidad o no de cada acusado en la muerte a tiros de Alejandro Ponsoda.

Para cerrar un veredicto de culpabilidad son necesarios siete de los nueve votos del jurado. En cambio, para el caso de que sean declarados no culpables bastará con que así lo voten cinco de los miembros del tribunal popular.

La magistrada Cristina Costa, que preside el tribunal, ha estado redactando durante todo el fin de semana el objeto del veredicto para entregárselo ayer en primer lugar a las partes, sobre las 10.30, y después al jurado. Este trámite suele prolongarse horas cuando alguna de las partes no está conforme con el modo en que estaba enfocado el objeto del veredicto. Tras una vista oral en las que ha habido momentos tensos entre las partes y la magistrada, era de prever que la sesión iba a ser larga. Pero no fue así. Las partes aceptaron el cuestionario y solo pidieron correcciones de matices. Algunos letrados auguraron que, en el caso de que el jurado alcance un veredicto de no culpabilidad, podría ser una deliberación muy rápida. La sesión acabó con la indignación de Juan Cano, quien llamó «carroñeros» a los periodistas y expresó su malestar ante la presencia de cámaras en la sala.

Anoche el jurado acabó la primera jornada de deliberación sin cerrar ningún veredicto.