La hija de Fátima y de Raouf tenía solo cuatro años cuando perdió a su madre y ha remitido una carta dirigida al Ministerio de Igualdad donde le explica la situación vivida a la ministra, Irene Montero, y le pide su ayuda para reabrir el caso. Raouf Bouziane huyó a Argelia tras matar a su exmujer. El juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Alicante decidió archivar las actuaciones el pasado noviembre al haberse juzgado el caso en Argelia y haber cumplido 8 años de prisión. La menor, que ahora tiene 14 años y vive con su abuela considera injusto que esté ya en libertad porque fue condenado a 15 años por incendiar la casa de su exsuegra en Argelia y a otros 12 por el asesinato de la joven de 25 años.

La carta íntegra

Mi madre me dejó con 4 años, el asesino me privó de una vida con mi madre, pero gracias a que tengo una abuela estupenda y unas tías que considero como mis hermanas, nunca sentí el vacío ni la falta de mi madre hasta que el asesino volvió y abrió el pasado que yo no recuerdo vivir, ya que en ese tiempo yo no era más que una niña.

Su salida en libertad en 2018, sin ni siquiera llegar a cumplir su condena, hizo que yo me dejara de considerar argelina ya que el estado de Argelia no hizo justicia con mi madre. Es injusto y no solo no hizo justicia con mi madre, sino que hizo que su muerte pareciera barata y desde entonces no he vuelto a ir a Argelia.

Su vuelta a España hizo que yo sintiera la tristeza y el dolor que esa niña pequeña no pudo sentir en el pasado, ya que gracias a mi familia nunca llegué a entrar en ese ámbito de dolor y tristeza. De repente, sin darme cuenta, me encontré en una situación de nervios y miedo que yo antes solo veía en las películas. Pero me siento muy agradecida, ya que aunque mi estado de origen no nos hizo caso, el estado español, en concreto los policías de Alicante, me protegieron de una manera que yo no esperaba. Agradezco a la Policía Nacional de Alicante por protegerme y por ayudarnos, en especial a la Comisaría de Distrito Norte.

Nunca he contado mi historia ni a mis amigos más cercanos. Siempre me he avergonzado hasta de mi apellido, pero la situación en la que nos hemos encontrado ha hecho que me diera igual que los demás supieran mi historia.

¡Muchas gracias!