La Fiscalía y la acusación particular solicitaron ayer en un juicio celebrado en la Audiencia penas que suman 22 años y un mes de prisión para un acusado de intentar asesinar a su expareja en Alicante y de ocho delitos de lesiones, amenazas, obstrucción a la justicia y maltrato habitual. El procesado negó que agrediera a su expareja con un cuchillo y su defensa pidió su absolución o alternativamente una condena por lesiones.

La pareja mantuvo una relación durante aproximadamente dos años, la mitad conviviendo juntos. Ambos declararon ayer que la relación concluyó en agosto de 2018. Al mes siguiente -el 12 de septiembre- la expareja se encontraba en la terraza de un bar de la plaza de Argel cuando el acusado se dirigió a ella con un cuchillo en la mano con la intención de agredirla, según las acusaciones y el testimonio de la víctima. Antes de acudir al bar hablaron a través de una página de contactos y el acusado luego le envió un mensaje amenazante por WhatsApp desde el teléfono de su prima, pero ella no lo leyó hasta después porque dejó el móvil cargando. «Te juro por mis muertos que me voy a ir para la cárcel para toda la puta vida porque te voy a destripar, salgo ya a por ti», decía el mensaje que el acusado niega haber enviado.

La expareja explicó ayer en el juicio que el procesado llegó gritando y diciendo que iba a matarla, pero un cliente de otra mesa se levantó y le agarró la mano donde portaba el cuchillo. Los insultos continuaron y se abalanzó de nuevo sobre ella pero tropezó y le lanzó una cuchillada que le afectó superficialmente en la espalda y le causó una herida de diez centímetros.

La testigo ratificó además que durante su relación sufrió otros episodios de malos tratos que no llegó denunciar porque «estaba enamorada». En uno de ellos, ocurrido en noviembre de 2017, asegura que le clavó un cuchillo en una pierna durante una discusión en el coche y en el hospital dijo que se cortó preparando un bocadillo. Asimismo, la exmujer afirmó que en varias ocasiones le propinó puñetazos.

El acusado negó la agresión en el bar y afirmó que solo dio una patada en la mesa. Tampoco reconoció el resto de imputaciones, como decir a los policías que le trasladaban tras su detención que cuando saliera de prisión iría a buscar a su expareja para matarla a ella y a su hija.

Este juicio se celebraba ayer por segunda vez. La primera vista se llevó a cabo en un juzgado de la Penal porque la causa se instruyó por un delito de lesiones y la Fiscalía modificó su acusación al finalizar la vista oral. El juez envió las actuaciones a la Audiencia y tuvo que instruirse de nuevo como un sumario en el juzgado de Violencia sobre la Mujer. La petición del fiscal pasó de 9 meses por lesiones a 12 años de prisión por el intento de asesinato, además de las penas por el resto de delitos.