Falta de colaboración útil y real, miedo a que destruya pruebas u obstaculice el hallazgo del cadáver de Marta Calvo, inverosimilitud por la ausencia de restos orgánicos en la casa de Manuel pese al confesado descuartizamiento de la víctima y, sobre todo, el testimonio de las supervivientes. Son las principales claves extraídas del atestado policial elaborado por el equipo conjunto de Homicidios de la Guardia Civil de València y de la UCO que han permitido a la jueza de Instrucción número 6 de Alzira mantener en prisión a Jorge Ignacio P. J.

La instructora afirma de manera tajante que dispone de «indicios suficientes de su participación en un posible delito de homicidio» y recrimina al acusado no haber «añadido ninguna circunstancia nueva» durante su primera comparecencia ante la magistrada, el pasado 10 de diciembre, en Alzira, cuando lo citó en su despacho para ratificar el auto de prisión.

Así, la jueza tomó la decisión de mantenerle la situación de prisión provisional, comunicada y sin fianza, dictada cuatro días antes, el 6 de diciembre, por el juez de Instrucción 2 de Alzira en funciones de guardia, por esa falta de colaboración real en la recuperación del cuerpo de Marta Calvo y por las «contradicciones e incoherencias» entre su versión descafeinada de lo ocurrido con la joven en su casa de Manuel y las evidencias obtenidas por la Guardia Civil.

La magistrada deja claro que no cree al acusado, y se basa en que las «contradicciones en su versión de los hechos impiden dar credibilidad» a sus palabras, de manera que, concluye, «pudo participar de algún modo en el fallecimiento» de Marta.

Sin restos orgánicos en la casa

Una de las cuestiones que más llama la atención a la jueza y, por ende, a los investigadores, es «que no se hayan encontrado restos orgánicos en el domicilio en el que según él mismo se produjo el fallecimiento y posterior descuartizamiento», algo que la magistrada juzga «inverosímil», sobre todo si se tiene en cuenta que la minuciosa inspección ocular se prolongó por espacio de cuatro largos días y que la llevó a cabo el equipo de élite de la Guardia Civil, el ECIO, dotado con los mejores medios técnicos en el campo de la criminalística.

Tampoco considera creíble su afirmación de que arrojó los pedazos en contenedores de Alzira y de Silla, dado que «no se ha encontrado ninguna parte de dicho cuerpo en ninguna de las plantas de residuos» a las que llegan las basuras de esos dos municipios. Y destaca que «al menos uno de los jefe de planta [en referencia a la gerente de la de Guadassuar] afirma que es prácticamente imposible que no se haya detectado».

Tal como ha venido publicando INFORMACIÓN, la planta de Guadassuar es una de las más modernas de Europa, y su grado de mecanización permite el reciclado y recuperación de un porcentaje muy elevado de los residuos. Es más, el sistema de cribado de las basuras no deja pasar nada mayor de 10 centímetros.

¿Veinte días en el monte?

Otro hecho que lleva a la jueza a desconfiar del detenido es que, cuando se entregó en el cuartel de Carcaixent, en la madrugada del 4 de diciembre, tras permanecer huido desde el día 13 de noviembre, presentaba un aspecto aseado, con ropa limpia y bien cuidado. Algo que la magistrada considera «extraño» dado que Jorge Ignacio P. J. aseguró haber estado escondido en casas de campo abandonadas y en parajes de monte durante todo ese tiempo, y no haber recibido ayuda de nadie. Obviamente, ni la jueza, ni la Guardia Civil le creen. Más bien sospechan que ha estado protegido por otros traficantes de su misma organización, que de hecho jugaron un papel importante a la hora de convencerle de que se entregara.

En la decisión de la jueza ha pesado de manera determinante el testimonio de dos de las supervivientes, revelado por INFORMACIÓN en exclusiva la semana pasada. Una de ellas le acusó de haberla drogado hasta provocarle la pérdida de conciencia, tiempo que aprovechó para administrarle cocaína en roca en los genitales, y la otra reveló que lo había echado de su casa horas antes de que quedara con Marta porque se puso «muy violento y temió por su integridad física». La instructora considera «cuanto menos sorprendente» que, habiendo muerto Marta como dice él que falleció, durante una 'fiesta blanca' (encuentro sexual con uso de cocaína), llamase a tres mujeres dedicadas a la prostitución «después de verse sorprendido» por el fallecimiento de la joven de Estivella y que solicitase por Whatsapp «otra 'fiesta blanca' solo tres días después». Y, por supuesto, recuerda que ya fue investigado por la muerte de otra mujer en marzo.

Así las cosas, la magistrada considera que lo mejor para el buen éxito de la investigación es mantener en prisión a Jorge Ignacio P. J. para que «no pueda sustraerse a la acción de la Justicia», ya que «ya ha estado fugado más de 20 días», y para «evitar la destrucción de pruebas o que obstaculice el hallazgo del cadáver», cuya búsqueda en el vertedero de Dos Aguas se reanuda hoy.

Concentración en Sagunt para exigir Justicia para Marta Calvo

200 personas convocadas por amigas de la madre de la joven dan apoyo a la familia y exigen una investigación «hasta el final»

Alrededor de 200 personas se concentraron ayer en el Port de Sagunt para demandar Justicia para Marta Calvo, la joven de 25 años de Estivella años asesinada supuestamente por Jorge Ignacio P. J. el pasado 7 de noviembre en una casa de Manuel que el ahora encarcelado tenía alquilada.

Amigas y compañeras de trabajo de la madre de Marta organizaron la concentración, celebrada a las 11.00 horas en la plaza del Sol del Port de Sagunt, para «mostrar nuestro apoyo a la familia y para que sepan que pueden contar con nosotras para todo».

Las convocantes portaron una pancarta con la que «hemos querido mostrar nuestra solidaridad con el dolor de la madre y los familiares» de la joven asesinada. Además, clamaron Justicia y pidieron que «se llegue hasta el final y no se abandone la investigación hasta que no se esclarezcan los hechos».