Absolución. Es lo que el abogado defensor de María Jesús M. C., más conocida como Maje, cree que debe dictaminar el jurado que la juzgue en los próximos meses bajo la acusación de haber asesinado, en unió de uno de sus amantes, Salvador R. L., Salva, a su marido, el ingeniero de Novelda Antonio Navarro Cerdán. La víctima murió tras recibir seis cuchilladas en el garaje de su casa, en la calle Calamocha del valenciano barrio de Patraix, a las 7.40 horas del 16 de agosto de 2017, a manos de Salva, como él mismo confesó desde la detención de los dos presuntos coautores cinco meses más tarde, el 10 de enero de 2018.

Así lo ha pedido el abogado de la conocida como «viuda negra de Patraix» porque, afirma en su escrito provisional presentado ayer mismo al juez de Instrucción número 14 de València, los hechos narrados por la Fiscalía y la acusación particular «no se corresponden con el resultado de las diligencias de investigación», así que simplemente infiere que «dichos hechos no son ciertos».

Partiendo de esa premisa, el conocido penalista Javier Boix, que asumió la defensa de Maje en los días siguientes a su detención, utiliza buena parte de los hechos minuciosamente detallados en sus escritos provisionales primero por el fiscal, Vicente Devesa, y después por la acusación particular, ejercida por los letrados Patricia Cogollos y Miguel Ferrer en nombre de la familia de la víctima, pero los interpreta exactamente al contrario.

Así, refleja que las llaves de acceso al garaje que le permitieron a Salva entrar el día del crimen para matar a Antonio sí se las dio Maje, como mantienen las acusaciones, pero no para seguir las directrices de ella y asesinarlo, como dicen aquellas, sino para que él pudiese aparcar su coche en la plaza de garaje cuando iba al domicilio conyugal para estar con ella.

El escrito de la defensa hace hincapié en dos cuestiones que, durante la investigación afloraron como importantes para Maje: los 30.000 euros que, según ella, puso para la compra del piso aunque no se reflejaron en la escritura de propiedad -y que sistemáticamente exigió a la familia de su marido tras el crimen, según afirman los padres y el hermano de Antonio- y que la relación entre ella y Salva tenía más carga sentimental que sexual.

También asegura que su matrimonio con Antonio fracasó «por la precipitación con que María Jesús» se casó o que nunca contempló vivir con Salva «porque estaba casado y tenía una hija», si bien la relación extraconyugal duró más de dos años.

Además, la defensa asegura que el único responsable del asesinato es Salva -utiliza buena parte de las primeras declaraciones de uno y otro, antes de que el asesino confeso cambiase su versión y acusase a Maje de coparticipación-, y que la acción criminal fue idea suya -lo califica como «una buena solución» en el escrito- para deshacerse de él. Eso sí, ya no habla, como lo hizo la acusada al principio, de que la víctima la maltratase, algo que no ha quedado acreditado.

«Asesor y amigo» tras el crimen

La defensa relata cómo, según esa parte, ella reaccionó con llantos y gritos cuando Salva le contó que había matado a su marido, y afirma que optó «por guardar silencio», «por el temor que sentía a denunciarlo».

Pese a ello, el escrito de defensa recoge a continuación que «Salvador se convirtió en amigo y asesor» de Maje en los meses siguientes al crimen, ayudándole y haciéndole todo tipo de tareas domésticas y administrativas -incluida la gestión de la herencia, sin que se haga mención al temor inicial. Esta argumentación le sirve al abogado de Maje para defender que Salva «estaba completamente obsesionado» con ella, eje de su estrategia, según la cual ella fue una víctima más, ya que cuando él le habló de matar a su marido, «creyó que fantaseaba», como dijo al principio a la Policía.

La defensa solicita que se escuchen en el juicio la mayor parte de las conversaciones ya pedidas por las acusaciones, y que declare el entonces jefe de la brigada de Policía Judicial de la Policía Nacional, «en relación a sus manifestaciones» durante su participación en el reportaje «Operación Viuda Negra» que el programa 'Equipo de Investigación' grabó para La Sexta cuando la causa aún estaba sujeta al secreto sumarial.