La jueza de Instrucción número 6 de Alzira ratificó ayer la prisión para Jorge Ignacio P. J. por el homicidio de Marta Calvo Burón, cometido supuestamente en las primeras horas de la mañana del día 7 de noviembre pasado en la casa que tenía alquilada en Manuel. Así se lo comunicó ayer la instructora de la causa al detenido en la comparecencia celebrada en los juzgados de Alzira y en la que únicamente estaba previsto realizar esa comunicación.

Aún así, tras finalizar el acto, la jueza le preguntó si quería añadir algo y, tras un primer «no», levantó la vista hacia la jueza y dijo: «Pido perdón. Solo quiero que aparezca cuanto antes el cuerpo y que se aclare todo esto pronto».

Sin embargo, no aportó un solo dato nuevo que permita la localización del cadáver, el objetivo central de la Guardia Civil en este momento, y por ahora solo hay una versión de los hechos: la que dio él, eminentemente exculpatoria para sí mismo, durante las cinco horas que duró su declaración voluntaria ante los investigadores de Homicidios de València y de la UCO.

En esa versión, Marta habría muerto accidentalmente mientras mantenían sexo tras un consumo elevado de cocaína. Una vez que vio que no respiraba, asegura que sintió miedo de que le imputaran la muerte, ya que habría sido la segunda vez que sucedía lo mismo, tras el fallecimiento de una chica con la que había tenido una cita sexual en un prostíbulo en marzo pasado. Nadie recordaba ese asunto. Ha sido Jorge P. J. quien lo ha sacado del olvido, incluso antes de formalizar su entrega, ya que, de momento, le sirve de coartada para alegar que la muerte fue accidental y que decidió descuartizarla por el miedo que sintió a tener que dar explicaciones.

Su versión es tan edulcorada y exculpatoria, que ni la Guardia Civil ni la jueza ni la familia de Marta creen una palabra de lo que dice. De hecho, la jueza ha decidido mantenerlo en prisión por las «contradicciones e incoherencias» entre esa versión y lo que los agentes han encontrado en la casa y en sus frenéticos movimientos en los días siguientes al homicidio.