Marta Calvo y Marta del Castillo, ambas comparten nombre y fueron víctimas de una muerte violenta, pero solo en eso quiere la familia que se parezcan ambos casos. Después de más de un mes de su muerte, con su presunto asesino en prisión provisional y la sombra de la duda sobre el supuesto descuartizamiento, los familiares de la joven de Estivella temen que se repita la historia de la adolescente sevillana y nunca puedan recuperar los restos mortales que el presunto autor de su muerte se encargó bien de ocultar. «Hasta que el cadáver de Marta no aparezca, viviremos una lenta agonía», confiesan a través del portavoz de la familia.

Mientras que ayer unos 125 efectivos de la Guardia Civil y de la Unidad Militar de Emergencias (UME) concluyeron sin nuevas pistas otro día de intensa búsqueda del cuerpo de la joven Marta Calvo, su familia trata de recordar aquello que les mantiene unidos en estos difíciles momentos, la sonrisa que siempre tenía en el rostro la víctima, quien a sus 25 años ha visto truncados todos sus sueños y proyectos.

Uno de estos proyectos más inmediatos, según ha podido saber Información, era abrir un centro de estética especializado en manicura y pedicura. «Ya tenía los permisos de apertura», indicó Mariano Navarro, portavoz de la familia. El negocio ya tenía nombre: «Ponte guapa».

Pero la persiana de este local ya no será abierta por Marta. El pasado 7 de noviembre se cruzó en su camino Jorge P. J., un colombiano con antecedentes por tráfico de drogas al que había conocido a través de una red social. Era la segunda vez que quedaban, como adelantó ayer este periódico. Según la versión que ha mantenido el detenido ante los investigadores de Homicidios de la Unidad Central Operativa (UCO) y de la Comandancia de la Guardia Civil de València, la joven murió durante una fiesta «de sexo y cocaína» en el domicilio del acusado en Manuel, donde celebraron el cumpleaños de éste.

La familia de la víctima no cree que se tratara, ni mucho menos, de una muerte accidental o imprudente por consumo de drogas, como así está tratando de hacer ver la defensa del detenido, aprovechando otra muerte en similares circunstancias de una mujer en una casa de citas de València, cuyo último cliente fue precisamente el ahora arrestado como presunto autor del crimen de Marta Calvo.

El pasado 7 de noviembre, esta persona la recogió en su casa de València. «Creemos que cenaron juntos, ya que Marta, en una conversación con su exnovio, le comentó que estaba con un chico que era corredor y quería saber como se llamaba un familiar que también practicaba running, para saber si se conocían», explicaron desde el entorno familiar. «Todo nos hacía pensar que era una relación normal», aclaran.

Además, el wasap que le mandó a su madre con la geolocalización así lo confirmaba. Fue precisamente este mensaje el que centró rápidamente las investigaciones de la desaparición en el sospechoso y en la localidad de Manuel.

Ratificación de prisión

Esta misma mañana, el detenido será conducido nuevamente al Juzgado de Instrucción número seis de Alzira, encargado del caso, para que ratifique su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza que acordó el pasado viernes el juez de Instrucción dos, en funciones de guardia.

Por su parte, agentes de la Guardia Civil y soldados de la UME retomaron ayer controles más «exhaustivos» en las zonas donde pudieran estar los restos de Marta Calvo. El subdelegado del Gobierno, Roberto González Cachorro, destacó que se ayer se reanudó la búsqueda, en la que nuevamente la Guardia Civil pidió la movilización de la Unidad Militar de Emergencias (UME), y en la que empezaron los «controles exhaustivos de aquellas zonas donde pudieran estar los restos, según las manifestaciones del acusado».

«Entramos en una fase muy lenta, muy minuciosa donde tendremos que hacer un esfuerzo muy importante para encontrar las evidencias que corroboren o no las versiones que ha facilitado el acusado», apuntó González Cachorro. Ahora, será el juez quien decida las diligencias oportunas para averiguar qué ha pasado, y ahí estará la Guardia Civil para colaborar, añadió. El subdelegado recordó que el detenido se acogió a su derecho a no declarar ante el juez de guardia, porque no era el competente en este caso.

«Cronológicamente, primero le tomará declaración y luego decidirá las diligencias oportunas para averiguar que ha pasado y ahí estará la Guardia Civil y las Fuerzas de Seguridad, apoyando en esa reconstrucción y las investigaciones», manifestó.

Marta estaba muy ilusionada con la apertura del centro de estética, según aseguran sus familiares. La misma semana de su muerte se fue con su madre a celebrarlo, le compró un regalo para agradecerle todo su apoyo. Al pasar por la puerta de un centro comercial y ver a una persona pidiendo le dio cinco euros. «Mamá nosotros lo tenemos todo y este señor no tiene ni donde dormir». Así era Marta Calvo.