Eran las doce de la noche, la joven de 22 años regresaba a casa por la calle Quart de València tras finalizar su turno como camarera. «Noté que alguien me seguía a la altura del Jardín Botánico y aceleré el paso. Cada vez se acercaba más e intenté llegar lo más rápido posible a Fernando el Católico, porque es una avenida más transitada». No lo logró.

Cuando estaba frente a la antigua sede del PP, un desconocido se le acercó por detrás y le colocó un cuchillo en el cuello. «Mi instinto fue gritar y entonces empezó a cortarme en la cara», relata todavía con angustia la víctima, quien pronto se percató de que había un segundo agresor. «Mientras uno me sujetaba, el otro me apuñalaba en el cuello y el pulmón, no podía respirar».

Los presuntos autores de tan brutal agresión, dos hermanos de 36 y 34 años, fueron juzgados ayer en la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de València. El Ministerio Fiscal solicita para cada uno de ellos quince años de prisión, diez por un delito de asesinato en grado de tentativa y los otros cinco por el robo con violencia con uso de instrumento peligroso. El botín que se llevaron tras dejar gravemente herida a su víctima, un simple teléfono móvil.

Por suerte para la joven, dos transeúntes que se encontraban en las inmediaciones del Jardín Botánico de València, al escuchar sus gritos de auxilio, acudieron en su ayuda. Le taponaron las heridas y le colocaron una manta para mantener la temperatura corporal hasta que llegaron los servicios médicos de urgencia.

La joven logró salvar la vida y ayer pudo relatar ante el juez el brutal y sorpresivo ataque, que le ha dejado secuelas y un temor permanente a ir sola de noche por cualquier calle. «No puedo hacer turnos de noche porque no me siento segura, creo que me va a volver a pasar lo mismo», reconocía deprimida y con evidentes signos de ansiedad.

Por su parte, la declaración de los acusados fue todo un despropósito dando muestras de sus limitaciones cognitivas, que podrían ser valoradas por la Sala como circunstancia atenuante. De hecho, tras preguntarle a uno de ellos su letrado si estaba arrepentido, éste dijo un rotundo «no me arrepiento». El tribunal le instó entonces a aclarar si conoce lo que significa dicho término y tras decir inicialmente que sí, y mostrar evidentes dudas sobre ello, volvieron a preguntarle si pedía perdón a su víctima. «Eso sí, le pido perdón».

Ambos acusados, de nacionalidad española, optaron por responder únicamente a las preguntas de sus respectivos letrados. El hermano mayor, Rafael M. S., indicó que llevaba apenas seis meses en València, había venido de Córdoba «para buscarme la vida pidiendo en la calle». Asimismo, alegó que en ocasiones escucha voces en su cabeza. «Busqué una víctima y la apuñalé sin querer, no sabía lo que estaba haciendo», argumentó el procesado.

Su hermano menor, José Luis M. S., alegó que desconocía por completo las intenciones del anterior de asaltar y robar a alguien, así como que éste llevara un cuchillo. Asimismo negó su participación en la agresión y que lo único que hizo fue «coger el móvil de la chica y salir corriendo».

Con la intención de matarla

No obstante, la Fiscalía y la acusación particular sostienen que ambos hermanos actuaron de común acuerdo «con la intención de procurarse un beneficio económico» y abordaron a la joven, de 22 años, a las 00.10 horas del 23 de febrero de 2018 en la calle Quart de València. Uno de ellos le colocó un cuchillo de cocina en el cuello de su víctima y le efectuó varios cortes en la cara y el pecho, al tiempo que le exigían ambos que les entregara el teléfono móvil.

«Por instinto de supervivencia les di el móvil, pero siguieron clavándome el cuchillo», explicó la víctima. es más, tras arrojarla a suelo, y encontrándose ésta boca arriba en situación inerte, «con el propósito compartido de causarle la muerte» le clavaron repetidas veces el cuchillo en el cuello y el tórax. Después ambos procesados se dieron a la fuga hasta ser detenidos por la Policía Nacional.