La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de València ha condenado a cinco años de prisión por un delito continuado de abusos sexuales al educador de un centro de acogida de València juzgado por abusar de una menor tutelada por la Generalitat que estaba interna en el centro en el que prestaba sus servicios en el turno de noche. La Sala considera probado que el acusado, exmarido de la responsable de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas, Mónica Oltra, realizó tocamientos a la niña de catorce años tras entrar en su habitación por las noches.

Luis Eduardo R. I. defendió en el juicio su inocencia y argumentó que solo le había realizado masajes en el cuero cabelludo para tranquilizarla por las noches. Por su parte, la víctima, que fue trasladada al juicio esposada como si se tratara de una delincuente -según la policía ante el riesgo de fuga-, refrendó con su testimonio los abusos sexuales sufridos en fechas anteriores a enero de 2017.

Asimismo, tras evaluar la verosimilitud de su relato, la persistencia en la incriminación y la ausencia de un móvil espurio o resentimiento, la sentencia ha dado validez a la declaración de la víctima como prueba de cargo contra el procesado.

En el fallo, sobre el que cabe recurso, también se recoge la situación «institucionalizada» de la menor, quien desde los cuatro años se encuentra tutelada por la Generalitat y ha pasado por varios centros de menores. De igual modo la ponente se muestra especialmente crítica en su sentencia por el trato que recibió la víctima para ser llevada a juicio, quien permaneció esposada en el pasillo.

Según los hechos declarados probado, los abusos sexuales se produjeron en fechas no concretadas entre finales de 2016 y enero de 2017 cuando el acusado prestaba sus servicios en el turno de noche vigilando a los menores internos en un centro de València cuyo nombre omite este periódico para preservar el anonimato de la víctima. El procesado «guiado por la finalidad de satisfacer sus deseos sexuales» realizó tocamientos a una de las menores del centro, que en esos momentos tenía sólo catorce años, cuando ésta requería la presencia del educador para que le hiciera compañía.

Ha resultado clave el informe de la Unidad de Psicología Forense del Instituto de Medicina Legal de València, que dio total credibilidad al testimonio de la chica. La experta no apreció contradicciones en el relato de la menor.

Además de una pena de cinco años de prisión se le imponen cinco más de libertad vigilada. En concepto de responsabilidad civil deberá indemnizar a su víctima con 6.000 euros. Asimismo deberá participar en cursos formativos de educación sexual y se le inhabilita para el ejercicio de cualquier profesión que conlleve contacto con menores durante un plazo de diez años. Pese a las graves acusaciones que pesaban sobre él, el ahora condenado ha seguido trabajando en contacto con menores en este mismo centro de València, como ya adelantó en su día este medio.