La primera condena por prisión permanente revisable en la Comunitat Valenciana, al hombre que degolló a su hija de dos años en Alzira para causarle un daño irreparable a su mujer y madre de la niña, cuyo veredicto de culpabilidad adelantó en exclusiva Levante-EMV, del mismo grupo editorial que INFORMACIÓN, es precisamente por un crimen con móvil claramente machista.

1. Asesinó a la niña mientras dormía y estaba totalmente indefensa

El tribunal popular declaró probado por unanimidad que el acusado, Laurentiu Mihai D., de 30 años, asesinó con un cuchillo de cocina a la pequeña «conscientemente, con plena voluntad e intención de acabar con su vida» mientras la pequeña se encontraba durmiendo y aprovechando que no había nadie en la vivienda familiar de Alzira en esos momentos.

2. El móvil machista del crimen y las lesiones psíquicas a la madre

La sentencia remarca que el condenado cometió su crimen «con la finalidad de causar un menoscabo psíquico grave y un perjuicio irreparable a su esposa y madre de la menor, después de que le comunicara su intención de divorciarse».

3. Las pruebas contra el acusado

Aunque en ningún momento se discutió la autoría de la muerte de la pequeña de dos años, los hechos quedan acreditados con varias pruebas periciales, entre ellas las. Huellas dactilares del acusado en el arma homicida o los restos de sangre de la menor en la ropa del procesado y en la barandilla del balcón desde el que saltó a la calle, cayendo sobre un vehículo estacionado y causando daños en la chapa. Además de su confesión de forma voluntaria y espontánea a los médicos foreses.

4. El acusado era consciente de sus actos

El jurado no consideró probado que Laurentiu, de nacionalidad rumana, sufriera un brote psicótico y no fuera consciente de sus actos en el momento de cometer los hechos. Todo lo contrario, los miembros del jurado popular apreciaron el móvil machista del asesinato, el cual cometió el procesado de forma premeditada y alevosa, cuando se quedó a solas con la niña en el domicilio familiar, mientras la pequeña dormía y estaba completamente indefensa, y la madre de la niña había salido precisamente para ir a denunciarlo a la comisaría de Alzira. Los forense s insistieron en que no apreciaban en el acusado "una sintomatología psicopatológica".

5. Hacer el mayor daño a su pareja y madre de la niña

«No matrimonio, no hija», confesó a los agentes de la policía que lo detuvieron. El propio acusado había amenazado a la madre de la pequeña con "hacerle daño donde más duele". Por ello, además del delito de asesinato de una persona especialmente vulnerable -una niña de solo dos años-, se le condena por un delito de lesiones psíquicas a su exmujer y madre de la bebé asesinada.

Como consecuencia del brutal crimen Victorita «sufre un trastorno de estrés postraumático y síndrome de duelo, precisando para su sanidad de tratamiento psiquiátrico y psicológico». De hecho, durante su declaración en la vista oral la mujer sufrió un desvanecimiento al recordar los detalles del día en el que su por entonces marido degolló a su hija cuando ella se disponía a denunciar las amenazas porque ya no aguantaba más.

El crimen se produjo en torno a las 16.30 horas del 12 de noviembre de 2017 en el domicilio familiar situado en la calle Padre Castell de Alzira, donde el matrimonio y su hija convivían con dos compatriotas rumanos . Aprovechando que no estaba ninguno de ellos en la casa y que la niña estaba durmiendo en su habitación, el acusado, de 30 años, cogió un cuchillo de cocina y la degolló causándole la muerte por «hemorragia aguda debido a la profunda herida cervical causada».

La sentencia de la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de València también recoge la videollamada que realizó el condenado a su esposa tras cometer su horrendo crimen, en la que le decía que escuchara los últimos temblores de su hija. El objetivo de este asesino machista no era otro que acusar un daño atroz a su pareja y madre de la niña.