La Audiencia de Valencia ha condenado a prisión permanente revisable a un hombre que asesinó en Alzira a la hija de 2 años de su mujer, a la que degolló con un cuchillo de cocina para causar «un menoscabo psíquico grave» a la madre porque quería divorciarse de él. Se trata de la primera condena por prisión permanente revisable en la Comunidad Valenciana y es precisamente por un crimen con móvil claramente machista.

La sentencia, hecha pública ayer por el Tribunal Superior de Justicia valenciano, establece que el asesino incurrió también en un delito de lesiones, pues con el crimen provocó a la madre un perjuicio psíquico irreparable.

La resolución recoge el veredicto de culpabilidad emitido por un jurado popular al término del juicio, que se celebró entre los días 24 y 28 del pasado mes de octubre.

El fallo, que puede ser recurrido ante la Sala de lo Civil y Penal del TSJCV, condena también al asesino -de origen rumano y que tenía 28 años cuando cometió el crimen- a indemnizar a su mujer con 125.000 euros.

Los hechos ocurrieron el 12 de noviembre de 2017, en el domicilio de la calle Pare Castell de Alzira donde convivían la pareja y dos compatriotas. En un momento en el que no había nadie en casa el acusado se dirigió a la habitación en la que dormía la pequeña, que no era hija biológica suya, y la degolló, tras lo cual se tiró por el balcón de la vivienda y cayó sobre un coche.

El tribunal popular declaró probado por unanimidad que el acusado, Laurentiu Mihai D., de 30 años, asesinó con un cuchillo de cocina a la pequeña «conscientemente, con plena voluntad e intención de acabar con su vida» mientras la pequeña se encontraba durmiendo y aprovechando que no había nadie en la vivienda familiar de Alzira en esos momentos.

La sentencia remarca que el condenado cometió su crimen «con la finalidad de causar un menoscabo psíquico grave y un perjuicio irreparable a su esposa y madre de la menor, después de que le comunicara su intención de divorciarse».

Pruebas periciales

Aunque en ningún momento se discutió la autoría de la muerte de la pequeña de dos años, los hechos quedan acreditados con varias pruebas periciales, entre ellas las huellas dactilares del acusado en el arma homicida o los restos de sangre de la menor en la ropa del procesado y en la barandilla del balcón desde el que saltó a la calle, cayendo sobre un vehículo estacionado y causando daños en la chapa. Además de su confesión de forma voluntaria y espontánea a los médicos forenses.

El jurado no consideró probado que Laurentiu sufriera un brote psicótico y no fuera consciente de sus actos en el momento de cometer los hechos.

Todo lo contrario, los miembros del jurado popular apreciaron el móvil machista del asesinato, el cual cometió el procesado de forma premeditada y alevosa, cuando se quedó a solas con la niña en el domicilio familiar, mientras la pequeña dormía y estaba completamente indefensa, y la madre de la niña había salido precisamente para ir a denunciarlo a la comisaría de Alzira. Los forense s insistieron en que no apreciaban en el acusado «una sintomatología psicopatológica».

«No matrimonio, no hija», confesó a los agentes de la Policía que le detuvieron. El propio acusado había amenazado a la madre de la pequeña con «hacerle daño donde más duele». Por ello, además del delito de asesinato de una persona especialmente vulnerable -una niña de solo dos años-, se le condena por un delito de lesiones psíquicas a su exmujer y madre de la bebé asesinada.

Un crimen en Elda con la misma petición de pena

Una vecina de Elda encarcelada por matar al niño de 8 años que tenía en acogida su compañero sentimental está pendiente de ser juzgada y se enfrenta a la misma condena a prisión permanente revisable que se ha impuesto al acusado de degollar a la hija de su mujer en Alzira. Es la primera vez que se pide esta pena en la provincia. La víctima fue un niño con problemas de autismo hallado muerto el 30 de agosto de 2017 en una vivienda de Elda.