El educador acusado del delito de abusos sexuales a una menor interna en un centro de acogida de València cuando esta tenía catorce años sigue trabajando en el turno de noches de este mismo centro privado al que la Conselleria de Igualdad deriva menores tutelados. El acusado se enfrenta a una petición de cinco años de cárcel de la Fiscalía por los hechos denunciados.

Fuentes de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas, que vela por el bienestar de estos menores, sostienen que se trata de una persona contratada por una entidad privada. «Es el centro el responsable de adoptar cualquier decisión laboral» con el trabajador, «al igual que ocurre en cualquier centro concertado, ya sea en servicios sociales, educación o sanidad», argumentan las fuentes del departamento que preside la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra.

Asimismo, la Fiscalía de Menores, que abrió diligencias por los supuestos abusos al tener conocimiento de los mismos y que remitió las mismas al juzgado de Instrucción número 12 de València, al tratarse el presunto autor de una persona adulta, indica que no se adoptó ningún tipo de medida cautelar que inhabilitara al acusado. Este, asimismo, ya no tenía contacto con la menor, quien había sido trasladada a otro centro.

Los presuntos abusos sexuales se produjeron en fechas no concretadas entre finales de 2016 y enero de 2017, cuando el acusado prestaba sus servicios en el turno de noche vigilando a los menores internos en un centro de València.

Según el relato de hechos del fiscal, el procesado, «guiado por la finalidad de satisfacer sus deseos sexuales», presuntamente habría realizado tocamientos a una de las menores del centro, que en esos momentos tenía catorce años, cuando ésta requería la presencia del educador para que le hiciera compañía.

Así, según sostiene la Fiscalía en su escrito de conclusiones provisionales, Luis Eduardo R. I. habría aprovechado el momento en que creía que la menor se hallaba dormida para darle masajes por la espalda hasta las piernas y tras coger su mano presuntamente masturbarse.

Masaje en el cuero cabelludo

Mientras, el procesado negó los hechos y alegó que no tenía un trato especial con la menor, aunque algunas noches la adolescente le pedía que le hiciera un masaje en el cuero cabelludo, según ha dicho.

En su última palabra, hizo un alegato a favor de la protección de los menores, a la vez que apuntó que en ocasiones tienden a «tergiversar, y se creen lo que dicen».