El amor no entiende de leyes. Una menor de 16 años tutelada fue pareja varios meses de un joven de 21 años en 2007, cuando ella tenía solo 14, y mantuvieron relaciones sexuales consentidas, pero el Código Penal establece que es un delito de abusos sexuales al tener menos de 16 años y tras la denuncia que se presentó en la Fiscalía en octubre de 2017 ayer se enjuiciaron los hechos en la Audiencia de Alicante. La Fiscalía mantuvo ayer en el juicio celebrado en la Sección Primera su petición de 10 años de prisión, aunque admitió en su informe que existen «serias dudas» de que se cometieran los abusos enjuiciados.

Por ello, se trata de un caso que bien puede zanjarse con una sentencia absolutoria, como así lo pidió el abogado José Luis Sánchez Calvo, defensor del procesado. La Generalitat ejercía la acusación particular pero ayer mismo se retiró en la sala de vistas después de que la menor se acogiera a su derecho a no declarar y quedara dispensada de ello la chica tras manifestar al tribunal que el acusado fue su pareja durante cuatro o cinco meses y que además tienen un hijo en común, de 2 años.

Según la acusación de la Fiscalía, el acusado, que ahora tiene 23 años, conoció en 2016 por redes sociales a una menor de 13 años que se encontraba en situación legal de desamparo e ingresada en un centro de la Vega Baja.

Noviazgo

Al año siguiente, cuando la menor ya tenía 14 años, el acusado comenzó con ella una relación de noviazgo durante las salidas de fin de semana del centro donde estaba la chica estaba ingresada. Según el Ministerio Público, durante esos meses de noviazgo mantuvieron «frecuentemente relaciones sexuales» con el consentimiento de la menor.

Los hechos fueron denunciados el 23 de octubre de 2017 en la Fiscalía de Menores por el centro donde estaba la niña tutelada.

El acusado, que acudió al juicio custodiado por la Policía Nacional al estar en prisión por un robo, no declaró sobre los hechos, mientras que la menor tampoco lo hizo y sus únicas palabras fueron para explicar a las tres magistradas del tribunal que «fue mi pareja durante cuatro o cinco meses» y además «es el padre de mi hijo».

La vista oral continuó con la declaración de dos psicólogas que realizaron un informe sobre el acusado y concluyeron que no padece ningún trastorno. No obstante, apuntaron que apreciaron algunos síntomas depresivos, un marcado sentimiento de inferioridad y baja autonomía e independencia. «Tiene un perfil dependiente para tomar decisiones» y no anticipaba las consecuencias de sus actos, explicaron las dos peritos. No emitieron una valoración sobre su grado de madurez pero admitieron que sí apreciaron alguna capacidad que no tenía desarrollada para su edad, 21 años, y limitaciones en su personalidad.

Por su parte, dos psicólogas del centro donde estaba la menor relataron en el juicio que se enteraron de la relación porque una compañera se lo dijo a las educadoras. Le explicaron a la menor que esa relación, dada su edad, le podía acarrear problemas a su novio aunque fueran consentidas las relaciones. Señalaron además que la menor tenía mucha madurez, como si tuviera 17 años, y que les dijo que ella quería continuar con el chico y que no iba a cortar la relación sentimental.

El abogado José Luis Sánchez Calvo pidió la absolución y tras señalar que las relaciones sexuales no se han probado porque ninguno de los dos ha declarado destacó que las psicólogas no consideran los hechos de tal calado para condenar al joven por un delito continuado de abusos. El letrado precisó que la madurez de la menor era elevada y la del acusado no, pese a ser siete años mayor que ella. El acusado dependía emocionalmente de la menor y se apoyaba en su pareja, concluyó la defensa.