Un supuesto intento de suicidio quemándose a lo bonzo. Así es como justificó ayer en el juicio el acusado de intentar asesinar en l'Alcúdia a su expareja y a dos menores -de 16 y dos años-, una de ellas hija común de ambos, los motivos por los que en diciembre de 2017 sacó una botella llena de gasoil -que tenía ya preparada en el portal de su vivienda- con la que roció a dos de sus víctimas y el coche en cuyo interior se encontraba la pequeña de dos años.

El procesado, de 48 años y nacionalidad senegalesa, insistió en todo momento en que su intención no era matarlas ni causarles ningún daño, sino que quitó el tapón de la botella con el líquido inflamable para que vieran que iba en serio y que él se iba a quitar la vida. El Ministerio Fiscal solicita penas que ascienden a los 50 años de prisión por tres delitos de asesinato en grado de tentativa y dos delitos de malos tratos.

En el juicio celebrado ayer en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de València el acusado reconoció que tenía una botella de gasoil preparada en el portal de su vivienda y que la sacó cuando su ex acudió a su domicilio para que le pagara la pensión. Según él mismo admitió, le pidió que pasara dentro del portal para darle el dinero porque no llevaba en ese momento los 215 euros encima.

«Yo tenía un problema personal en mi vida y quería darle unos consejos para cuidar de las niñas antes de quitarme la vida», alegó el acusado, quien incidió en que pretendía prenderse fuego, pero lejos de ellas.

No obstante, su relato sobre lo ocurrido el 26 de diciembre de 2017 en l'Alcúdia estuvo plagado de incoherencias. Por un lado aseguró que no llevaba mechero y que fue la propia hija mayor de su pareja quien se prendió fuego con el cigarro que estaba fumando, aunque posteriormente explicó que se escondió en un contenedor y dentro del mismo se pegó fuego con un mechero que una mujer que pasaba por la calle le había prestado.

Por su parte, la víctima relató que un año antes el acusado ya había protagonizado un incidente violento con su hija mayor, a la que golpeó contra la nevera. Asimismo, en septiembre de 2017 comenzó a recibir mensajes del acusado con insultos.

Sobre el día que intento quemarla a ella y a sus hijas, incluida a la niña de dos años que se encontraba en la sillita de bebé del coche, la mujer sostiene que le recriminó que no le dejara ver a la niña y que acto seguido sacó una botella «con un líquido raro». «En cuanto vi la botella y sentí el olor me giré y salí corriendo», relató la víctima, a quien logró rociar con el líquido inflamable. Su hija mayor salió en su defensa y fue entonces cuando la tomó con ella y le prendió fuego al pelo. Asimismo roció con el combustible el coche donde estaba su hermana de dos años. El presunto agresor machista no logró consumar su propósito ya que fue retenido por varios vecinos y finalmente acabó detenido.