La víctima de la presunta violación por un grupo de menores en la Marina Alta ratificó ayer en el juicio que fue agredida sexualmente en julio del año pasado por tres de sus compañeros en presencia de una cuarta persona, que grabó los hechos. La niña, que tenía 14 años cuando ocurrieron los hechos, mantuvo ante la magistrada que está juzgando esta agresión sexual todos los extremos de la denuncia que presentó contra los cuatro menores el pasado marzo.

El juicio arrancó ayer en el juzgado de Menores dos de Alicante, donde se reclaman para los cuatro acusados penas de entre tres y cinco años de internamiento para los cuatro acusados. Se les acusa de delitos de agresión sexual, revelación de secretos y amenazas condicionales, ya que los acusados tendrían un vídeo con la supuesta agresión sexual y con el que habrían tratado de extorsionar a la víctima pidiendo dinero para no difundirlo entre sus compañeros de instituto.

Los acusados, por su parte, han negado los hechos admitiendo únicamente que hubo sexo con uno de ellos pero que fue consentido. También mantuvieron que éste ayudó a la menor a salir de la zanja donde se produjo la presunta violación, lo que fue desmentido tajantemente por la denunciante. La joven aseguró que las tres agresiones sexuales se produjeron mientras ella manifestaba reiteradamente, a lo que éstos hicieron caso omiso.

La víctima identificó ayer en el juicio el lugar donde ocurrieron los hechos. Aunque la presunta agresión ocurrió en julio del año pasado y la denuncia se interpuso en marzo, meses después ha podido localizar el paraje a donde habría sido llevada por los cuatro acusados, de entre 14 y 16 años, en una zona descampada de la Marina Alta. La abogada de la acusación particular, Mónica Mas Franqueza, presentó las fotografías del descampado donde los acusados habrían cometido la violación y en las que se reflejan detalles que corroboran la versión de la joven, que tenía 14 años cuando ocurrieron los hechos. Entre estos detalles, las fotos aportadas al juzgado muestran los hierros a los que la joven contó que se agarró para salir de la zanja cuando los presuntos agresores se marcharon, negando que la ayudaran a salir. Tanto la orientadora como un profesor del instituto donde todos estudiaban han respaldado la versión de la niña, así como los agentes de la Guardia Civil que dirigieron la investigación.

Tres de ellos están ingresados en centros de menores diferentes, mientras que el cuarto está en libertad bajo arresto domiciliario. Los menores no llegaron al juzgado hastas las 12.30 horas de la mañana, pese a que el juicio estaba señalado hasta las diez. Estos retrasos lastraron toda la vista oral, en la que estaban previstas diez declaraciones entre acusados, víctima y testigos y que no terminó hasta las 21.00 horas. Un cambio de fecha no era una opción, ya que el juzgado no quiere agotar los plazos máximos que pueden estar encerrados.

Durante las horas de espera, la víctima estuvo aislada en una sala en los juzgados de Menores, para que no tuviera ningún tipo de contacto ni con los acusados, ni con sus familiares. Asimismo, durante la vista declaró protegida por una mampara para no tener ningún contacto visual con ellos.