Sesenta y ocho inmigrantes de siete pateras atendidos en menos de 24 horas en la provincia de Alicante, los 8 últimos ayer en Altea. Este es el balance final de la oleada de pateras registrada desde la tarde del domingo en las costas de Alicante y que también se ha repetido en la costa cartagenera, donde han llegado 250 inmigrantes en apenas cuatro días.

El buen tiempo en la mar para navegar desde Argelia y la puesta en libertad de la mayoría de inmigrantes llegados recientemente a Alicante por falta de plazas en los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) ha provocado que continúen llegando pateras desde la costa argelina.

De hecho, de los 68 últimos inmigrantes sólo han sido internados los menores en centros de protección y el resto ha quedado en libertad tras pasar por dependencias de la Policía Nacional mientras se tramita el expediente administrativo para que el Gobierno español acuerde la devolución a su país de origen.

Viajan a otros países

No obstante, buena parte de estos inmigrantes opta por marcharse a otros países europeos antes de recibir la notificación gubernamental para ser devueltos a sus países.

La oleada de pateras en el litoral alicantino comenzó el pasado 18 de septiembre y desde entonces han llegado 16 pateras con 154 inmigrantes, además de desaparecer otras siete personas al volcar una de las barcas en alta mar, según el testimonio prestado por tres ocupantes que fueron rescatados.

El personal de Cruz Roja se movilizó el pasado domingo desde media tarde para atender a 68 personas: 23 de dos pateras que llegaron a Alicante en la embarcación de Salvamento Marítimo; 17 de una patera rescatada por un buque francés que los trajo a Alicante; 15 asistidos en la Guardia Civil de Torrevieja tras desembarcar de dos pateras en Orihuela Costa; 5 interceptados tras desembarcar en Santa Pola; y 8 de una patera que llegó ayer a Cap Blanc en Altea. De estas 68 personas catorce aseguraron ser menores de edad.

En la Región de Murcia se ha repetido el mismo problema que en Alicante porque el colapso de los CIE es generalizado en el país, lo que ha obligado a ponerles en libertad de forma mayoritaria.

Por otro lado, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha recurrido la denegación de asilo de un inmigrante del Aquarius y tramita las de otros dos jóvenes que llegaron a València procedentes de Libia en el buque de SOS Mediterranée en junio de 2018, al considerar «una barbaridad» que se les deje en situación irregular pues tendrían riesgo de expulsión.

CEAR en la Comunidad Valenciana presta asistencia letrada a estos inmigrantes, tres jóvenes de El Chad y Costa de Marfil que residen en Valencia y Alicante, uno de ellos con trabajo pero que ha tenido que dejarlo y los otros dos en cursos de formación para el empleo, según ha relatado a Efe su coordinador, Jaume Durà. En los próximos días la Comisión Española de Ayuda al Refugiado recurrirá la denegación de asilo de los otros dos inmigrantes, dentro del plazo marcado a partir de la notificación de la denegación del asilo, según Durà.