La familia del empresario kuwaití encarcelado por presuntamente haber violados en tres ocasiones a la joven a la que había contratado como canguro de sus hijos pequeños ha intentando, al parecer, comprar su silencio ofreciéndole dinero a cambio de que no declarase contra él. Las coacciones a la víctima se habrían producido, además, en el mismo juzgado, ya que fue allí donde la chica recibió los mensajes de los parientes del supuesto agresor sexual instándole a abandonar el proceso judicial a cambio de cierta cantidad de dinero.

El juez, al tener conocimiento de los hechos, los ha incluido en las diligencias y está previsto que investigue la posible comisión de un delito contra la Administración de Justicia por parte de la persona que envió los mensajes al móvil de Mariam (nombre ficticio para preservar la identidad de la víctima), justo en el momento en que le tomaban declaración como víctima en la sede judicial.

Los hechos se produjeron a lo largo de un mes, el tiempo que Mariam pasó en la casa del ahora encarcelado. La joven, de 28 años y nacionalidad marroquí, vivía como interna en el domicilio del empresario, dueño de un restaurante en Calp, después de que éste le prometiera conseguir regularizar su situación, ya que carece de documentación para residir en España. De hecho, ni le hizo contrato, ni le pagaba.

Tras unos primeros días de normalidad, se produjo la primera agresión sexual, con extrema violencia y que provocó lesiones físicas a la joven. Pero el miedo a que cumpliera su promesa de matarla, le impidió siquiera pedir ayuda médica. A las dos semanas, se repitió la agresión.

El pasado día 12 se produjo el tercer ataque sexual, este, incluso ante los hijos del ahora detenido, que pese a su corta edad se interpusieron entre su padre y la víctima. Con los pequeños, según el relato de la mujer, mostró la misma falta de empatía que con la chica: los apartó, los echó de la habitación y prosiguió con la violación. Aún así, en esa ocasión la joven pudo zafarse y esconderse en un baño. Luego, aprovechando que el supuesto violador se había ido a tranquilizar a los niños a otra parte de la casa, la joven pudo salir de la casa y buscar ayuda.