«Es él o yo, estoy harto, cuando llegue a casa no sé lo que me voy a encontrar». Así anunciaba hace apenas un par de días Roberto N. M., de 39 años, a un amigo la tragedia que se avecinaba en su hogar, sin saber que finalmente él sería la víctima. Su padre, de 66 años y con un fuerte carácter que se tornaba violento cuando bebía, acabó con su vida de una certera cuchillada en el pecho, a la altura del corazón, en la medianoche del sábado al domingo, tras una nueva pelea entre hijo y progenitor en el domicilio familiar, situado en el barrio de Campamento de Paterna.

Los vecinos y conocidos de Fernando N. R. y su hijo Roberto coinciden en señalar que la situación en esa casa era una auténtica «bomba de relojería» a punto de explotar en cualquier momento si nadie ponía tierra de por medio entre ambos. El padre tenía graves problemas de alcoholismo y la víctima de drogodependencia. Asimismo, ambos tenían antecedentes por violencia intrafamiliar y otros delitos, y tanto la Policía Nacional como la Policía Local de Paterna había tenido que intervenir en numerosas ocasiones por altercados y agresiones mutuas.

A finales del pasado mes de junio los dos acabaron detenidos por una nueva pelea y se dictó una orden de alejamiento. Reproches cruzados por el trato que el sexagenario tenía con su mujer y su alcoholismo, y de él hacia su hijo por sus continuas recaídas en la droga y por no «dar palo al agua», eran la tónica general en la casa, según relatan fuentes vecinales que escuchaban a menudo los gritos y discusiones entre ambos. «Muchas veces era también por cuestiones de dinero porque el hijo no encontraba trabajo y el único dinero que entraba era la paga del padre», argumentan estas mismas fuentes.

«Era una muerte anunciada, tenían que haberlos separado», afirma María. Por su parte, Amparo, madre del fallecido y esposa del detenido como presunto autor del parricidio, «estaba entre dos bandos y no quería decantarse por ninguno», añade esta vecina, quien apunta que la mujer de 67 años siempre ha vivido supeditada a lo que decía su marido y al cuidado de su hijo aunque tuviera ya 39 años.

La cena preparada en la mesa

Prueba de esta sumisión de la mujer hacia su marido e hijo pequeño es el escenario que se encontró el ahora fallecido al regresar de fiesta a las doce de la noche, «después de tomarse unos tragos con un amigo». Sobre la mesa le esperaba su plato de ternera con ajitos, cena que su «mami» le había dejado preparada antes de acostarse en el sofá porque su marido estaba ebrio en la cama.

Al parecer, Roberto se molestó al ver a su pobre madre incómoda en el sofá del salón y ello desencadenó la discusión con su padre. Según contaría su madre tras el crimen a unos vecinos, su hijo cogió un matamoscas y comenzó a molestar al padre para que se levantara de la cama. «Roberto se lo estaba buscando», se lamentaba la mujer tratando de justificar, una vez más, a su esposo.

El parricidio se produjo minutos antes de las doce y media de la noche en un primer piso de una finca situada en el número 15 de la calle Baixador de Paterna. La discusión comenzó en el salón, pero pronto padre e hijo llegaron a las manos. La madre mientras tanto trataba de mediar entre ambos como prueban los arañazos que tenía en la cara. En un momento dado, estando ya en la cocina, Fernando habría cogido presuntamente un cuchillo de cortar carne con el que le asestó una única cuchillada en el pecho a su hijo.

Aunque el arma homicida -recuperada por la policía- era un cuchillo de pequeño tamaño, con mango de madera y sierra de unos centímetros, el filo entró por entre las costillas y le alcanzó el corazón. Tras el ruido de la pelea los vecinos aseguran que les llamó la atención los minutos de silencio posteriores, como si el matrimonio estuviera decidiendo qué hacer con su hijo.

La madre del fallecido y esposa del detenido fue la que alertó de los hechos tras llamar al teléfono de emergencias, aunque insistió en que solo era necesaria la presencia de personal sanitario, nada de policías. Asimismo cuando alguno de sus vecinos bajó a preguntar qué pasaba por los ruidos la mujer restó importancia a lo ocurrido. En un primer momento dijo simplemente que su hijo estaba mal y que no tenía nada, y luego indicó que «era solo un cortecito». Mientras, el presunto homicida estaba sentado en el rellano sin camiseta.

El detenido alega un forcejeo

Al lugar acudieron varias patrullas de la Policía Nacional y de la Policía Local de Paterna. Los agentes localizaron al fallecido tendido en el suelo de la cocina boca arriba y recuperaron el arma homicida. Los intentos del SAMU por reanimarlo fueron inútiles. Por su parte, el presunto parricida negó haberlo acuchillado y alegó que su hijo se había clavado el cuchillo él solo durante el forcejeo.

El grupo de Homicidios de la Policía Nacional se hizo cargo de la investigación y el arrestado, de 66 años, fue trasladado a los calabozos de la comisaría de Paterna donde se espera que preste declaración en las próximas horas antes de ser puesto a disposición del Juzgado de Instrucción número siete de Paterna.