Tomás J. R., el alicantino detenido por haber matado a su pareja en Madrid, se negó ayer por la tarde a prestar declaración en Comisaría y pasará hoy a disposición judicial. A pesar de que el sospechoso del asesinato de la cirujana María Pilar C. P. sí que había confesado a los agentes en el momento de su arresto su responsabilidad en el crimen, ayer durante el interrogatorio policial se negó a contestar a las preguntas de los investigadores.

Mientras la Policía le buscaba por haber matado brutalmente a su pareja en el distrito madrileño de Tetuán y por haber amenazado a través del WhatsApp ese mismo día a su exmujer de Alicante, Tomás J. R. no se había ido muy lejos para ocultarse. El sospechoso del crimen, un vecino de Ibi, fue localizado en otro distrito de Madrid, el de Carabanchel, a pesar de que había cambiado su aspecto para evitar ser identificado. Se había cortado el pelo y se había afeitado ligeramente la barba para dejarse solo la perilla.

A pesar de todo, un ciudadano creyó reconocerlo por la calle y dio la alerta al 091 de la presencia del sospechoso. Una patrulla de los Grupos de Atención al Ciudadano recorrió las inmediaciones y no tardó en localizarle a la altura del número 40 de la calle Marcelino Camacho. Cuando se acercaron a él, éste les manifestó espontáneamente que era la persona a la que estaban buscando. Los agentes le notaron una actitud tranquila, como si no supiera qué era lo que estaba pasando.

Fue otra llamada de un ciudadano la que dio la alerta por el crimen ocurrido la madrugada del viernes. El cadáver de María del Pilar C. P. fue encontrado en su domicilio maniatado, apuñalado con un cuchillo de grandes dimensiones y con fuertes contusiones en la cabeza. Un amigo del fugitivo había recibido una llamada de éste pidiéndole ayuda para deshacerse del cuerpo y llegó a enviarle fotos a través del WhatsApp de la fallecida. Éste dio aviso a las Fuerzas de Seguridad. La víctima trabajaba como cirujana en el Departamento de Cirugía general y del aparato digestivo del Hospital de la Princesa de Madrid y era colaboradora clínica forense en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid.

El viernes por la mañana la exmujer del sospechoso se presentó en la Comisaría de Alicanta para denunciar que éste la había amenazado de muerte a través del WhatsApp, con mensajes que contenían expresiones como: «Te voy a quitar lo que más quieres. Sabes que no tengo nada que perder». Cuando en la Comisaría se comprobó que éste estaba siendo buscado por el crimen en Madrid, la mujer salió de las dependencias con escolta policial ante el temor de que pudiera repetir en Alicante nuevos hechos violentos. Esta denuncia por las amenazas de muerte deberá tramitarse ahora en uno de los juzgados de Violencia sobre la Mujer de Alicante.

Durante los cuatro días que duró el dispositivo para localizar al sospechoso, la Policía le había buscado activamente por toda la ciudad de Madrid y en otros puntos del territorio nacional. La misma mañana del día que se produjo su arresto, otra llamada había alertado de la posible presencia del sospechoso en el municipio de Talavera de la Reina. La búsqueda de la Policía tras esa llamada fue infructuosa. Pocas horas después y sobre las 21.00 horas del lunes, era finalmente localizado en el distrito de Carabanchel, a poco más de una docena de kilómetros del escenario del crimen.

Con el interrogatorio de ayer, la Policía da por finalizado el atestado policial y hoy pondrá al sospechoso a disposición judicial, donde se tendrá que decidir si se le ingresa en prisión.

Un operador de grúas que pasó por varios trabajos

«Operador de grúa en torre en tantos sitios que ya no me acuerdo». Así definía su empleo el sospechoso del crimen de la cirujana de Madrid en su perfil en una red social. Ese apunte sobre su profesión era el lugar donde varios internautas han entrado para insultar al presunto asesino indignados con la brutalidad con la que se cometió el crimen. La víctima figuraba en la base de datos de mujeres maltratadas pero se había negado a declarar contra su agresor.